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lunes, 5 de septiembre de 2022

La Angustia en el Trastorno Obsesivo Compulsivo

Existe una relación entre la formación de síntomas y el desarrollo de angustia. Existen dos opiniones sobre esta cuestión. Una de ellas ve en la angustia misma un síntoma de la neurosis, la otra cree en la existencia de una relación mas íntima entre ambas. Según esta segunda opinión, la formación de síntomas en el Toc es emprendida con el sólo y único fin de eludir la angustia. Los síntomas ligan la energía psíquica de que otro modo sería descargada en forma de angustia, resultando así la angustia como el fenómeno y principal problema de la neurosis. 

Si a un obsesivo le impedimos realizar su ritual o le impedimos lavarse las manos después de haber tocado algo, tendrá una explosión de angustia. 

 

La angustia se desarrolla frente a situaciones de peligro. El toquiano puede sentir situaciones peligrosas del exterior pero también de su interior y para que no sienta angustia desarrolla todo el complejo de síntomas para librar a su yo de la situación de peligro. 

Si el toquiano no pudiera formar o tener síntomas, sentiría la sensación de peligro, pero cuando realiza sus síntomas se siente aliviado de la angustia y de la sensación peligrosa de que algo malo le puede pasar a él o a sus seres queridos. 

domingo, 10 de abril de 2022

Pensamientos obscenos y palabras vulgares en el trastorno obsesivo compulsivo toc


 

Observamos que lo primero que aprenden a escuchar los niños son palabras obscenas con que se designan ciertas partes del cuerpo (pecho, glúteos, genitales ) así como actividades sexuales relacionadas con el coito. Por mas que los padres tratan de que su hijo no aprenda dichas palabras, el niño cuando está en contacto con otros niños, las acaba aprendiendo. 

El niño escucha palabras vulgares que cuando se le reprime el no decirlas, acaba produciendo una intensa erotización de las mismas. Las palabras vulgares y obscenas excitan sexualmente ya que se consideran prohibidas durante una etapa de la infancia y de la adolescencia pero que ejercen un poderoso atractivo para el sujeto humano en general. 

Sabemos que todo aquello que se reprime tiene tendencia a expresarse, de ahí que las palabras obscenas y vulgares que al toquiano le viene a la mente tiene que ver con un fallo de la represión y lo que antes le excitaba enormemente ahora sufre malestar porque siente culpa. 

 

Insultos vulgares hacia imágenes sagradas, las figuras paternas, palabras relacionadas con el sexo, indican que el toquiano ha reprimido muchos sentimientos y afectos, entre ellos mayormente los impulsos hostiles y agresivos ya que su moral culposa le hace sentirse mala persona por tener en su mente semejantes palabras. 

 

Si al toquiano le viene pensamientos obscenos es porque sufre de regresión, es decir, le viene el recuero de cuando aquellas palabras que fue descubriendo le produjeron una intensa excitación sexual pero que tuvo que reprimir y ahora retornan de nuevo a su mente con la misma fuerza con que las mismas palabras fueron reprimidas. 

 

Digamos entonces que el malestar que siente el toquiano es un por conflicto entre los deseos sexuales que le producen estas palabras, su agresividad y su moral represiva. 

 

jueves, 24 de marzo de 2022

Los miedos del obsesivo. ¿A qué le tiene miedo el toquiano?

¿A qué le tiene miedo el obsesivo?. Los miedos mas frecuentes son: a volverse loco, a suicidarse, a matar a un ser querido, a tener relaciones sexuales con menores y a ser homosexual. 

Comencemos por el primero. El miedo a volverse loco es un miedo donde el obsesivo siente que oye voces, que le hablan y que dicen lo que tiene que hace. Este tipo de miedo a la locura o a la esquizofrenia puede hacer que acaben en urgencias y sean diagnosticados de esquizofrenia o psicosis cuando no deja de ser un trastorno obsesivo. Cuando preguntamos al obsesivo si las voces son masculinas o femeninas, encontramos una respuesta y también decimos que una persona que tiene esquizofrenia no tiene conciencia de que tiene esquizofrenia. 

El segundo miedo es al suicidio. Este tipo de miedo es una máscara a pensamientos y deseos agresivos inconscientes hacia la propia persona por un sentimiento de culpabilidad. sabemos que el toquiano siente culpa, pero una culpa infantil que le lleva a considerarse una mala persona, siendo esta la causa por la cual piensan que tienen que suicidarse, porque se consideran malas personas.

El tercer miedo es a matar a alguien querido. Este tipo de miedo surge cuando el toquiano está con sus seres queridos. Y tienen pensamientos de agredirles con un cuchillo o algo parecido. Esta máscara esconde hostilidad infantil hacia la familia pero también deseos sexuales infantiles que quedan encubiertos o enmascarados bajo el temor de hacerles daño.

El cuarto temor es a ser pedófilos, es decir, a creer que le gustan los niños pequeños y tener ideas sexuales con niños. Este toc resulta ser una mascara que encubre las relaciones sexuales que muchos toquianos tuvieron en la infancia y supuso el comienzo de su actividad sexual. El placer que obtuvieron les lleva a seguir deseando aquel placer y el temor a ser pedófilos esconde el querer revivir aquellas primeras escenas sexuales infantiles.

El quinto miedo es ser homosexual. Muchos toquianos tuvieron en la infancia experiencias sexuales placenteras con niños o adultos de su mismo sexo. Al ser las primeras experiencias sexuales placenteras, el recuerdo vuelve a la conciencia y mas que ser homosexuales lo que tienen son deseos homosexuales infantiles que es diferente a ser homosexual.

Hay mas miedo dentro del toquianismo pero estos son los mas frecuentes. Lo interesantes es que cuando el toquiano  recibe terapia con psicoanálisis llega a la conclusión que sus miedos no se refieren exactamente a lo que creen sino a temas ue tienen que ver con su despertar sexual temprano. 

sábado, 7 de agosto de 2021

El trastorno obsesivo y el toc religioso (3ªparte)

Pero llega un momento en que los actos protectores y los ceremoniales no son suficientes contra la tentación y entonces surgen las prohibiciones, para alejar la situación en que la tentación se produce. Por lo tanto, las prohibiciones, constituyen a los actos obsesivos. 

 

El origen de la religión está basada igualmente en la renuncia a determinados impulsos instintivos: instintos egoísta, antisociales y sexuales. Frente a la tentación, el creyente siente culpa y a la vez angustia bajo la forma del temor a un castigo divino. 

La recaídas en el pecado son parecidas tanto en el religioso como en el toquiano y sirven de nuevo para comenzar sus actos rituales así como su penitencia.

 

Un rasgo del toquiano es que los ceremoniales se adhieren a los actos más nimios de la vida cotidianas y se manifiestan con restricciones absurdas de los mismos. 

 

En la neurosis obsesiva existe un mecanismo de desplazamiento de manera que se desplaza desde algo importante a algo menor o absurdo. De ahí que cosas aparentemente insignificantes que angustian al toquiano, esconden o están en conexión con lo verdadero importante. 

 

En el toc religioso, el toquiano tienes pensamientos obscenos e insultos contra las personas sagradas pero detrás de las mismas se esconde un desplazamiento de la vida del mismo. La Iglesia representa la casa, Dios, representa al padre, la Virgen a la madre y Jesucristo bien al hermano o al padre. Entonces, cuando el toquiano insulta a unos de los personajes divinos a quien insulta realmente es los personajes de su familia. 

Normalmente el toquianos a parte de creyente suele ser muy moralista y antes que aceptar que tiene pensamientos impuros hacia el padre, la madre o los hermanos, lo desplaza hacia las figuras religiosas transformándolo en lo contrario: detrás del insulto lo que se esconde es el deseo inconsciente hacia los familiares, algo que un toquiano jamas se atrevería a escuchar y menos aceptar de sí mismo. Por lo tanto, el toc religioso es una manifestación de los sentimientos y deseos ambivalentes que el toquiano siente hacia su familia pero que jamás lo aceptaría y el toc surge como una solución para expresar sus pensamientos pero disfrazados de lo contrario y desplazados hacia las figuras religiosas. 

 

 

 

 

domingo, 25 de julio de 2021

El trastorno obsesivo compulsivo y las p prácticas religiosas. Toc religioso (2ª parte )

Los actos obsesivos se hallan al servicio de intereses de la personas y se expresan cargados de afectos y pensamientos que se encuentran reprimidos en lo inconsciente.

Una mujer había desarrollado un toc tras separarse de su marido y había cogido la costumbre obsesiva de sentarse en un sillón determinado pudiendo pasar horas sentada en él. El sillón era para ella un símbolo del marido, al cual tres años después se seguía manteniendo fiel. La explicación a su obsesión fue: “Es tan difícil separarse de algo (hombre-sillón) en el que ha estado una sentada.”

Todos los actos obsesivos guardan un sentido y pueden ser interpretados. Al igual que los ceremoniales pero la persona los hace sin saber cual es la significación de los mismos. Solo con el tratamiento psicoanalítico podemos encontrar su sentido. 

 

La persona que padece obsesiones y prohibiciones, se comporta como si se hallara bajo una conciencia de culpabilidad pero de la cual no sabe lo mas mínimo. Esta conciencia de culpabilidad tiene su origen en acontecimientos antiguos de lo que se siente culpable y de ahí que tenga angustia de que puedan pasarle desgracias, como si de un castigo se tratara. 

 

Cuando realiza el ceremonial la persona tiene conciencia de que si no lo hace, ocurrirá alguna desgracia, bien a él o alguna persona querida pero no sabe exactamente qué tipo de desgracia ocurrirá. Por lo tanto, el ceremonial en el toc se realiza como un acto de defensa, de aseguramiento o como una medida de protección.

 

El toquiano tiene culpa y en algo siente que ha pecado, de ahí que comienza sus manias obsesivas como si fueran rezos y tiene una significación de buscar el perdón y a la vez de protección de que no ocurra algo malo. 

 

Sin saberlo, el toquiano tiene reprimido un impulso instintivo generalmente de naturaleza sexual que el algún momento estuvo en su conciencia y luego lo reprimió. Pero no termina de estar seguro de que dicho instinto lo pueda mantener reprimido y tiene temor a que aparezca en su conciencia de nuevo. 

 

El toquiano vive ese instinto o deseo como una tentación ante la cual puede volver a caer y se apodera de él una angustia expectante, es decir, tiene temor de volver a caer en la tentación y realizar el deseo sexual reprimido pero que a su vez tanta culpa le da. 

 

La fuerza de este impulso o dese sexual puede ser tan grande que a toquiano le cuesta cada vez mas mantenerlo reprimido pero tiene que hacer algo para equilibrar o tratar de que ese instinto reprimido no aparezca en la conciencia. Por lo tanto, los actos ceremoniales y obsesivos nacen así en parte como defensa contra la tentación de volver a caer y también como protección contra la desgracia esperada por sentir que va a ser castigado por lo que desea llevar a cabo. 

 

 

 

domingo, 20 de junio de 2021

¿ POR QUÉ NOS REFUGIAMOS EN LAS ENFERMEDADES? - Estoy mal pero no quiero ir a ningún especialista-

 ¿Por qué nos refugiamos en las enfermedades? (Estoy mal pero no quiero ir a ningún especialista) 

 

Es frecuente encontrarnos con personas que se hayan bajo un esto de depresión, ansiedad, angustia, manías obsesivas, inseguridad o incapacitadas para afrontar circunstancias de la vida y a pesar de encontrarse mal no quieren ir a tratarse con un especialista de la salud mental. 

Los problemas mentales, comienzan poco a poco y gradualmente van acaparando mas espacio mental hasta convertirse en un trastorno psicológico que termina afectando a varias áreas de la vida de la persona. Comprobamos que en los estadios iniciales, la persona siente que le ocurre algo fuera de lo habitual pero confía en que se le pasará o que puede valerse por sí misma para no tener que recurrir a ayuda externa. En una segunda fase, se hace mas notables los síntomas y la persona se da cuenta que le ocurre algo que se le empieza a escapar al control consciente y por mas intentos que hace, los síntomas comienza a durar mas tiempo y la personalidad ya sufre algunas de las consecuencias de su trastorno mental. Por último el trastorno se ha apoderado de la conciencia y la persona resulta incapacitada para llevar a caso sus tareas habituales, produciendo un deterioro laboral, personal y familiar. 

En la fase inicial la persona rechaza ayuda externa por una cuestión narcisista, es decir, cree que puede resolverlo por sí misma y aunque le lleve un consumo de energía mental puede controlar lo que le pasa pero a cambio pierde una valiosa energía en controlarlo pero sin llegar a saber qué es lo que le pasa.

La siguiente fase, suele ser cuando la persona siente que ya no puede controlar lo que le pasa y es en esta fase cuando deciden buscar ayuda de un profesional que les ayude a entender y resolver lo que le sucede. 

En la fase propia de la enfermedad es cuando ocurren reacciones en la persona donde observamos que termina adaptándose a lo que le ocurre. Si esta deprimido, lo acepta con resignación, si tiene miedo a los espacios externos restringe las salidas, si tiene obsesiones trata de mantenerlas a base de costosos rituales obsesivos, etc.

En esta fase observamos que la enfermedad que antes parecía extraña al yo, ahora lejos de ser extraña es como algo ya conocido, de manera que termina integrándose a la personalidad y la persona vive con ello aunque le suponga un deterioro de su vida. La enfermedad le hace vivir una vida nueva y la persona cambia su vida anterior por la nueva vida que su enfermedad le hace vivir. El yo ha integrado la enfermedad y ahora la vida del sujeto es en torno a la misma. Vive por y para la enfermedad. 

Observamos que numerosas personas, enferman como resultado de un mecanismo de huida de la realidad, de manera que se refugian en la enfermedad porque no puede afrontar los retos que la realidad les exige, de manera que terminan encontrando en la enfermedad y en el aislamiento que les ocasiona, una manera de no estar en contacto con aquello que les perturba. Podemos decir que es una especie de huida hacia uno mismo, refugiándose en la enfermedad, de manera que no quieren resolver lo que les ocurre porque encuentran una cierta paz y tranquilidad en aquello de lo que ya ni se quejan pues ha quedado introducida la enfermedad como algo ya cotidiano de su vida. 

Verdaderamente podríamos decir que son mecanismos adaptativos mentales que tienen su razón de ser para la persona pues a veces, el esfuerzo y los cambios de personalidad que tendrían que llevar a cabo para adaptarse a la realidad pueden ser mas costosos y dolorosos que enfermar, donde la persona puede encontrar un refugio para sentirse tranquilo aunque tenga que pagar el precio de estar enfermo. 

domingo, 1 de septiembre de 2019

TEMOR OBSESIVO A QUE LE PASE ALGO MALO A MI FAMILIA

Uno de los pensamientos intrusivos que padecen las personas con trastorno obsesivo compulsivo es la idea recurrente y obsesiva de “que le suceda algo malo a su familia”. Dentro de este espectro, a veces el temor obsesivo es con la figura de la madre, el padre o alguno de los hermanos. El obsesivo tiene temor que una desgracia, un accidente, una enfermedad, la muerte, le acontezca a la madre, al padre o alguno de los hermanos.
Estudiando la psicología de la persona con carácter psicológico obsesivo, o aquella que padece de un toc, comprobamos que la ambivalencia afectiva hacia los miembros de su familia, es origen y causa de variados sentimientos de culpabilidad. La ambivalencia afectiva de amor y odio se aprecia mas claramente en el trastorno obsesivo ya establecido como síntoma. Y es una de las causas por las cuales el obsesivo se tortura. Le invaden pensamiento de accidentes, muerte de sus seres queridos que le hacen sentir enorme angustia y malestar. El psicoanálisis de un toquiano nos muestra cómo la ambivalencia afectiva queda establecida desde la temprana infancia a consecuencia del mecanismo de los celos. El toquiano establece fuertes lazos afectivos y sexuales hacia una o varias de sus figuras familiares bajo un importante sentimiento inconsciente de posesión y adueñación que le hace vivir de manera inconsciente una relación con el padre, la madre o los hermano de aceptación y rechazo para no ser consciente de sus deseos amoroso o sexuales, causa de su trastorno obsesivo. Tras el pensamiento obsesivo de temor a que algo pase, se esconde una reacción emocional propia del mecanismo de los celos: el odio y la agresividad. Celos que pueden ser inconscientes y la fuente de procedencia, la mas temprana infancia o adolescencia, algo que el toquiano o el obsesivo desconoce que padece. Por lo tanto se esconde el deseo de que les suceda algo malo como modo de eliminación del rival. Cuando el temor está muy localizado en la figura de la madre, padre o hermanos, esconde el deseo de muerte o aniquilación del otro pero como rival. El padre es un rival para el toquiano, así como los hermanos, pero como la ambivalencia sexual del obsesivo es bisexual podemos ver que los sentimentos homosexuales que están latente en él o ella también influyen en los deseos de desaparición del que para el toquiano es su rival. Una fijación sexual hacia el padre, hace desear la desaparición de la madre y al contrario. 
En el toc, propiamente desarrollado, el sentimiento de temor, también es el desplazamiento disfrazado de pasiones, deseos sexuales que se originaron en la temprana infancia pero que el toquiano desconoce. Dicho desplazamiento supone un modo de resistencia, disfraz para que dichos deseos inconsciente no aparezcan en la conciencia. Sabemos que cuanto mas absurdo sea un pensamiento o mas capte la atención de la conciencia, mas desvía su atención de otros pensamientos, deseos o afectos verdaderamente importantes que el toquiano, desconoce y que no está dispuesto a admitir.

domingo, 6 de marzo de 2016

LAS TRES FASES DEL ORIGEN DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO TOC

CAUSAS DE LAS NEUROSIS OBSESIVAS.

Dentro de las causas de la neurosis obsesiva, las experiencias sexuales en la temprana infancia tienen una gran importancia.
En la gran mayoría de los casos estudiados, el obsesivo participó de manera activa y con placer en actividades sexuales.
Normalmente, antes de mantener una actividad sexual activa, fueron objeto pasivo de una experiencia sexual. Bien entre amigos, hermanos o algún adulto cercano al sujeto.

La esencia de la neurosis obsesiva, puede encerrarse en una breve fórmula: las representaciones obsesivas, son reproches transformados, que retornan de la represión y son referentes a un acto sexual de la niñez, ejecutado con placer.

Estos sucesos, se suelen dar en un primer periodo  o fase que llamamos el periodo de “inmoralidad infantil”.

Suelen ser experiencias de carácter pasivo y que luego se transforman en una actitudes sexuales activas contra el sexo contrario.

Luego viene el periodo o fase de madurez sexual los reproches que el obsesivo se hace al darse cuenta de las actividades sexuales que llevó a cabo con placer las sustituye por los primero rituales o conductas obsesivas, con las cuales logra reprimir el deseo por aquellas actividades sexuales llevadas a cabo con placer. Los escrúpulos, la vergüenza y la desconfianza en uno mismo, son síntomas que ayudan a reprimir dicho deseo y da lugar a la tercera fase, de “salud aparente” que no deja de ser mas que una represión lograda a través de un mecansimo de defensa.


La próxima vez veremos que la aparición de los síntomas, con mas fuerza en la adolescencia o edad adulta tiene que ver con el fracaso de los mecanismos represivos de defensa.

lunes, 8 de febrero de 2016

MECANISMO DE LAS OBSESIONES EN EL TRASTORNO OBSESIVO TOC (1)

En toda obsesión hay dos elementos: una idea que se le impone a al persona y un estado emotivo asociado, como puede ser la duda, el remordimiento o la cólera.
Es normal que en muchas obsesiones dura mas el estado emotivo y cambia la idea obsesiva. Si la duda por ejemplo es el estado emotivo, pueden dudar obsesivamente de varias cosas.
Puede tener odio y cambiar obsesivamente de personas hacia las que siente odio.
Esto se debe a que lo que perdura es la emoción o el sentimiento que suele ser lo primero que aparece y la idea a las que se asocia puede cambiar con respecto a la primera que apareció. Es decir, vemos en el toc, que la  idea se suele sustituir por otra. Lo importante no es la idea sino el sentimiento asociado. De ahí el carácter absurdo de muchas obsesiones que carecen de sentido.
Una mujer que tenia la obsesión de tirarse por la ventana, de herir a sus hijos con un cuchillo, clavarle la tijera a su marido, eran ideas que le servían para desviar un deseo sexual muy fuerte que sentía a la vista de otros hombres porque se encontraba insatisfecha con su vida sexual.
Un joven que tenia ideas de suicido cada vez que iba al metro era para desviar la atención de un poderoso deseo sexual que sentía por su hermana mayor, con la que habían jugado de pequeños a juegos de contenido sexual.
Un joven obsesionado con la idea de contagiarse de Sida por la calle, asociaba cualquier mancha marrón que se encontraba a sangre seca que podía tener Sida. Esta obsesión había surgido a raíz de haber ido con una prostituta. El joven luchaba contra la idea de seguir haciendo uso de este servicio y se defendía de su deseo pensando que podía coger el virus del Sida.
Observamos que las obsesiones tienen una conexión con un deseo inconsciente que la persona no tolera. Cuanto mas absurdo es la idea obsesiva mas aparta a la persona de la causa verdadera que perturba a su conciencia y es la existencias de deseos inconscientes que la moral juzga porque no se toleran. De ahí el autoreproche del obsesivo y la orden de castigarse a sí mismo que con tanta frecuencia escucha.


domingo, 27 de diciembre de 2015

LOS TRES LABERINTOS DEL OBSESIVO ( parte 1 )

Estudiando a Freud, la encrucijada en la cual queda atrapado el obsesivo es no pode resolver tres cuestiones fundamentales para su desarrollo evolutivo. En anteriores textos, dijimos que el toc tiene un origen infantil, es decir, durante el proceso de sexuación del niño, puede ocurrir que dicho proceso quede alterado o interrumpido por circunstancias educativas familiares, por sucesos precoces en el desarrollo sexual que el niño no comprende y de ahí parten una serie de cuestiones que quedan sin responder y den origen a la estructura “defensiva del toc” porque en términos generales, el toc, sus síntomas no dejan de ser mas que un medio de defensa contra la emergencia de ciertos deseos inconscientes INFANTILES.

Los tres laberintos en los cuales se encuentra atrapado el obsesivo son: el laberinto del padre, el laberinto de la mujer y el laberinto de la muerte. El laberinto del padre en el obsesivo siempre tiene que ver con un padre cruel, con una voz interior que le castiga, que le habla, que le presiona, que le insulta, que le hace sentirse mala persona. El laberinto de la mujer para el obsesivo tiene que ver con la duda: soy hombre o soy mujer. De ahí que muchos obsesivos tengan miedo a la homosexualidad, que realmente significa miedo heterosexual, ya que el obsesivo, cuando se halla dentro del laberinto de la sexualidad, su duda de si es hombre o si es mujer tiene que ver con no aceptar las diferencias entre hombre y mujer. Y el laberinto de la muerte, hace que el obsesivo viva en un permanente juego donde vive para hacerlo todo igual, es decir, para negar el paso del tiempo, creerse en su laberinto inmortal. A groso modo estos serían los caminos por donde todo obsesivo transita. Desarrollaremos mas adelante cada uno de los laberintos del obsesivo para entender porque le cuesta tanto salir de ellos. CONTINUARA.

domingo, 8 de marzo de 2015

MECANISMO DE OBSESIONES Y FOBIAS


“Una muchacha padecía el temor de verse atacad de incontinencia de orina desde que un vehemente deseo de orinar la había obligado a abandonar en una ocasión un teatro durante un concierto. Esta fobia la había incapacitado poco a poco para toda vida social. Sólo se sentía tranquila cuando sabía tener próximo un w.c. al que poder llegar disimuladamente. No existía en ella vestigio de enfermedad orgánica que pudiera justificar sus temores. Hallándose en su casa, entre sus familiares, no experimentaba jamás el temido deseo ni tampoco durante la noche. Un detenido examen psicoanalítico descubrió que dicho deseo le había cometido por primera vez en las siguientes circunstancias: en la sala de conciertos se hallaba sentado cerca de ella un caballero que no la era indiferente. Al verle comenzó a pensar en él y a imaginarse haciendo el amor, ser su mujer y estar sentada a su lado. Durante esta fantasía experimentó una sensación que en las mujeres hemos de comparar a la erección masculina y que en su caso, terminó con un ligero deseo de orinar. La referida sensación sexual, habitual en ella, la asustó en esta ocasión porque ya en otra ocasión similar se había hecho el firme propósito de combatir sus deseos sexuales e inmediatamente, transfirió este deseo al deseo de orinar y que la hizo, tras una penosa lucha, abandonar la sala. Esta joven, a quien toda realidad sexual horrorizaba, no concebía que pudiera casarse algún día ni tener relaciones sexuales con un hombre. Por otro lado, padecía de una hiperestesia sexual (anestesia o falta de sensibilidad en los genitales) y cuando se abandonaba a imaginar algo parecido a lo sucedido en el teatro, experimentaba una ligera excitación en sus genitales que la conflictuaba moralmente. El deseo de orinar le había aparecido más de una vez, tras el pensamiento fugaz de una fantasía sexual pero que nunca había recaído en ello hasta el día del concierto. La idea de ceder sexualmente con un desconocido, la produjo dicho conflicto moral.”
“Una mujer joven, casada que en cinco años de matrimonio había tenido un hijo, se quejaba de sentir un impulso obsesivo de arrojarse por el balcón y que a la vista de un cuchillo, se apoderaba de ella el miedo a verse impulsada a cogerlo y matar con él a su hijo. En su tratamiento psicoanalítico confesó que sólo muy raras veces practicaba el sexo con su marido y siempre con miedo y precauciones para evitar un nuevo embarazo, añadiendo además que no la disgustaba no tener sexo porque era una mujer de naturaleza poco sensual. Sin embargo, en su psicoanálisis, pudo verse que a la vista de otros hombres, surgían en ella fantasías eróticas que le había llevado a perder la confianza en sí misma, viéndose como una mujer degradada y capaz de cualquier acción sexual. Esta sinceridad por parte de la paciente, la llevó a confesar que su vida sexual y matrimonial era miserable pero que se lo ocultaba y se autoengañaba. Esto llegó a decirlo después de admitir que durante el día tenía sensaciones penosas de que “algo le entraba por debajo de la falda”

En estos  y otros casos, que cursan con fobia y obsesiones repetidas, admitimos que la representación obsesiva (en un caso temor a orinarse y en el otro el miedo a tirarse por el balcón o matar con un cuchillo a su hijo) sirven para alejar a la conciencia de los deseos sexuales que la persona experimenta pero que no admite en su conciencia, siendo así que la obsesión, cuanto más asusta a la persona, más oculta, “despista” y enmascara a la conciencia de la proveniencia o fuente del deseo o fantasía sexual. (continuará)