Mostrando entradas con la etiqueta psicoanalisis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta psicoanalisis. Mostrar todas las entradas

domingo, 16 de octubre de 2022

LA ANGUSTIA INFANTIL (1 )

 La angustia se define como una reacción ante una sensación de peligro. Puede ser real donde nos encontramos frente a un peligro externo y sentimos angustia pero también puede ser neurótica, es decir, una reacción frente a las exigencias de ciertos deseos, sentimientos y afectos internos. 

Biológicamente, a diferencia de otras especies animales, al nacer necesitamos de la ayuda de los otros para poder sobrevivir. El mundo exterior para el niño se convierte en algo importante, porque el depende de la realidad. 

Pasados los primeros años de vida, esa dependencia biológica hacia los padres, se convierte en dependencia mental, espiritual, intelectual hasta que el adolescente llega a la edad adulta y puede dirigir su vida por sí mismo. 

 

En este desarrollo influye directamente la educación de los padres que pueden hacerle fuerte, valiente y dependiente para que se enfrente a todo tipo de situaciones o hacerlos sumisos e infantilizarlos hasta la edad adulta. 

 

Los niños también tienes reacciones hostiles y agresivas hacia los padres y cuanto mas indefenso se sienta hacia su padres menos se atreverá a mostrar su oposición a los mismos., entonces el niño piensa: “tengo que reprimir mi hostilidad porque te necesito”.

 

El miedo puede ser provocado por amenazas, prohibiciones, castigos, accesos de ira de los padres o escenas violentas presenciadas por el niño. Entonces el niño piensa: “ tengo que reprimir mi hostilidad porque te tengo miedo”. 

 

También el amor es una de las razones que llevan al niño a reprimir la hostilidad. Cuando el niño siente la falta de amor, se siente desprotegido, como le sucede a los adultos. Entonces ante dicho temor de perder el amor de los padres, el niño piensa: “tengo que reprimir mi agresividad por miedo a perder el amor de mis padres”.

 

Nos damos cuenta que el niño tiende a reprimir su hostilidad y agresividad por temor a que se malogren las relaciones con sus padres. Esto influye en que el niño puede sentirse culpable cuando tiene sentimientos de hostilidad o se opone a lo que los padres le dicen. Se siente indigno o despreciable si tiene algún resentimiento o transgrede las reglas establecidas por ellos. 

 

Cuanto mas se haya inducido a un niño a sentirse culpable por su actitudes, menos se atreverá a mostrar su rabia y hostilidad hacia sus padres.

 

En la esfera sexual es donde mas a menudo se crean sentimientos de culpabilidad. Cuando el niño recibe castigos, prohibiciones severas sobre su curiosidad o actividades sexuales precoces puede llegar a sentirse sucio y despreciable. El niño piensa: tengo que reprimir mi sexualidad porque sería un niño sucio. 

 

La represión de la sexualidad, de la hostilidad, de la agresividad el niño las lleva a cabo para no perder el amor de los padres. Pero cada vez que sienta agresividad o deseos sexuales, tendrá que luchar contra sí mismo para reprimirlos. Pero también puede sentir angustia por luchar contra sus deseos sexuales, querer transgredir las normas, mostrar su agresividad. La angustia es un factor necesario para el desarrollo de neurosis. (continuará)

lunes, 5 de septiembre de 2022

La Angustia en el Trastorno Obsesivo Compulsivo

Existe una relación entre la formación de síntomas y el desarrollo de angustia. Existen dos opiniones sobre esta cuestión. Una de ellas ve en la angustia misma un síntoma de la neurosis, la otra cree en la existencia de una relación mas íntima entre ambas. Según esta segunda opinión, la formación de síntomas en el Toc es emprendida con el sólo y único fin de eludir la angustia. Los síntomas ligan la energía psíquica de que otro modo sería descargada en forma de angustia, resultando así la angustia como el fenómeno y principal problema de la neurosis. 

Si a un obsesivo le impedimos realizar su ritual o le impedimos lavarse las manos después de haber tocado algo, tendrá una explosión de angustia. 

 

La angustia se desarrolla frente a situaciones de peligro. El toquiano puede sentir situaciones peligrosas del exterior pero también de su interior y para que no sienta angustia desarrolla todo el complejo de síntomas para librar a su yo de la situación de peligro. 

Si el toquiano no pudiera formar o tener síntomas, sentiría la sensación de peligro, pero cuando realiza sus síntomas se siente aliviado de la angustia y de la sensación peligrosa de que algo malo le puede pasar a él o a sus seres queridos. 

domingo, 19 de junio de 2022

Los síntomas en la neurosis obsesiva ( parte 2 )

 Hay una inmadurez en el desarrollo de la sexualidad del toquiano, de manera que frente a las exigencias de sus deseos sexuales, por experiencias sexuales tempranas, normalmente, cuando ya comienza a tener noción de que lo que hace o desea , su yo se defiende regresando a una fase anterior del desarrollo sexual que llamamos fase sádica del desarrollo. Y esta regresión determinará todo el curso posterior del proceso del desarrollo de la neurosis obsesiva. 

 

Esta fase está caracterizada por la existencia de instintos sádicos, de ahí que el toquiano, bien sabemos que no podría hacer daño a una mosca, empieza a tener pensamientos y deseos agresivos, lo que hace que su súper yo ( la parte moral de la personalidad ) se vuelva muy áspero y severo contra el toquiano. 

 

Suele ser esta época donde el toquiano comienza a luchar contra la masturbación, tratando de no llevarla a cabo porque siente culpa. Y será entonces cuando la masturbación queda sustituida en forma de actos obsesivos que según pasa el tiempo, cada vez le dan mas satisfacción. Actos obsesivos que suelen ser exageraciones de algo normal. En vez de lavarse una vez las manos, lo hace cientos. Cierra la puerta y la comprueba varias veces, hace la cama una y otra vez, etc… 

 

Entonces decimos que hay tres mecanismos de defensa del toquiano sobre sus deseos sexuales. Primero trata de reprimirlos, segundo regresa a la fase sádica agresiva y tercero desarrolla síntomas obsesivos. 

Y lo interesante del toquianismo, es que el síntoma no deja de ser a la vez que una satisfacción, un castigo por parte del súper yo. 

domingo, 5 de junio de 2022

Los síntomas en la neurosis obsesiva ( parte 1 )

Los síntomas de la neurosis obsesiva, son en general de dos géneros de tendencia opuesta.

Podemos tener síntomas negativos, como son prohibiciones, medidas preventivas y penitencias o por el contrario: satisfacciones sustitutivas simbólicamente disfrazadas muchas veces. 

 

De estos grupos, el mas antiguo es el grupo de síntomas negativos defensivos. La neurosis obsesiva es una neurosis de defensa. Pero conforme avanza la enfermedad, van predominando las satisfacciones sustitutivas que burlan la defensa. 

 

Los síntomas obsesivos alcanzan un triunfo cuando se consigue juntar la prohibición con la satisfacción y lo que al principio fue un mandato defensivo o prohibición, acaba siendo a la vez una satisfacción. Es decir, hacer y deshacer. Un ejemplo es el de una mujer que hacia y deshacía la cama muchas veces. Cuando la hacia era para que no se notara que quería tener relaciones sexuales y cuando la deshacía significaba que las había tenido. Y luego la volvía para no pensar que había tenido en su fantasía relaciones sexuales.  

 

En los casos menos complicados, el síntoma obsesivo es en dos tiempos, por un lado se ejecuta un mandamiento e inmediatamente otro que suprime o deshace lo hecho. 

 

De todo esto sacamos dos impresiones. En la neurosis obsesiva se mantiene una lucha constante contra lo reprimido. Lucha que va haciéndose cada vez mas desfavorable a la represión y en segundo lugar que el yo y el súper yo, nuestro vigilante moral, toman parte importantísima en la formación de síntomas. 

 

Cerramos este video diciendo que la situación inicial de la neurosis obsesiva es la defensa contra las exigencias sexuales inconscientes. 

domingo, 10 de abril de 2022

Pensamientos obscenos y palabras vulgares en el trastorno obsesivo compulsivo toc


 

Observamos que lo primero que aprenden a escuchar los niños son palabras obscenas con que se designan ciertas partes del cuerpo (pecho, glúteos, genitales ) así como actividades sexuales relacionadas con el coito. Por mas que los padres tratan de que su hijo no aprenda dichas palabras, el niño cuando está en contacto con otros niños, las acaba aprendiendo. 

El niño escucha palabras vulgares que cuando se le reprime el no decirlas, acaba produciendo una intensa erotización de las mismas. Las palabras vulgares y obscenas excitan sexualmente ya que se consideran prohibidas durante una etapa de la infancia y de la adolescencia pero que ejercen un poderoso atractivo para el sujeto humano en general. 

Sabemos que todo aquello que se reprime tiene tendencia a expresarse, de ahí que las palabras obscenas y vulgares que al toquiano le viene a la mente tiene que ver con un fallo de la represión y lo que antes le excitaba enormemente ahora sufre malestar porque siente culpa. 

 

Insultos vulgares hacia imágenes sagradas, las figuras paternas, palabras relacionadas con el sexo, indican que el toquiano ha reprimido muchos sentimientos y afectos, entre ellos mayormente los impulsos hostiles y agresivos ya que su moral culposa le hace sentirse mala persona por tener en su mente semejantes palabras. 

 

Si al toquiano le viene pensamientos obscenos es porque sufre de regresión, es decir, le viene el recuero de cuando aquellas palabras que fue descubriendo le produjeron una intensa excitación sexual pero que tuvo que reprimir y ahora retornan de nuevo a su mente con la misma fuerza con que las mismas palabras fueron reprimidas. 

 

Digamos entonces que el malestar que siente el toquiano es un por conflicto entre los deseos sexuales que le producen estas palabras, su agresividad y su moral represiva. 

 

jueves, 24 de marzo de 2022

Los miedos del obsesivo. ¿A qué le tiene miedo el toquiano?

¿A qué le tiene miedo el obsesivo?. Los miedos mas frecuentes son: a volverse loco, a suicidarse, a matar a un ser querido, a tener relaciones sexuales con menores y a ser homosexual. 

Comencemos por el primero. El miedo a volverse loco es un miedo donde el obsesivo siente que oye voces, que le hablan y que dicen lo que tiene que hace. Este tipo de miedo a la locura o a la esquizofrenia puede hacer que acaben en urgencias y sean diagnosticados de esquizofrenia o psicosis cuando no deja de ser un trastorno obsesivo. Cuando preguntamos al obsesivo si las voces son masculinas o femeninas, encontramos una respuesta y también decimos que una persona que tiene esquizofrenia no tiene conciencia de que tiene esquizofrenia. 

El segundo miedo es al suicidio. Este tipo de miedo es una máscara a pensamientos y deseos agresivos inconscientes hacia la propia persona por un sentimiento de culpabilidad. sabemos que el toquiano siente culpa, pero una culpa infantil que le lleva a considerarse una mala persona, siendo esta la causa por la cual piensan que tienen que suicidarse, porque se consideran malas personas.

El tercer miedo es a matar a alguien querido. Este tipo de miedo surge cuando el toquiano está con sus seres queridos. Y tienen pensamientos de agredirles con un cuchillo o algo parecido. Esta máscara esconde hostilidad infantil hacia la familia pero también deseos sexuales infantiles que quedan encubiertos o enmascarados bajo el temor de hacerles daño.

El cuarto temor es a ser pedófilos, es decir, a creer que le gustan los niños pequeños y tener ideas sexuales con niños. Este toc resulta ser una mascara que encubre las relaciones sexuales que muchos toquianos tuvieron en la infancia y supuso el comienzo de su actividad sexual. El placer que obtuvieron les lleva a seguir deseando aquel placer y el temor a ser pedófilos esconde el querer revivir aquellas primeras escenas sexuales infantiles.

El quinto miedo es ser homosexual. Muchos toquianos tuvieron en la infancia experiencias sexuales placenteras con niños o adultos de su mismo sexo. Al ser las primeras experiencias sexuales placenteras, el recuerdo vuelve a la conciencia y mas que ser homosexuales lo que tienen son deseos homosexuales infantiles que es diferente a ser homosexual.

Hay mas miedo dentro del toquianismo pero estos son los mas frecuentes. Lo interesantes es que cuando el toquiano  recibe terapia con psicoanálisis llega a la conclusión que sus miedos no se refieren exactamente a lo que creen sino a temas ue tienen que ver con su despertar sexual temprano. 

domingo, 25 de julio de 2021

El trastorno obsesivo compulsivo y las p prácticas religiosas. Toc religioso (2ª parte )

Los actos obsesivos se hallan al servicio de intereses de la personas y se expresan cargados de afectos y pensamientos que se encuentran reprimidos en lo inconsciente.

Una mujer había desarrollado un toc tras separarse de su marido y había cogido la costumbre obsesiva de sentarse en un sillón determinado pudiendo pasar horas sentada en él. El sillón era para ella un símbolo del marido, al cual tres años después se seguía manteniendo fiel. La explicación a su obsesión fue: “Es tan difícil separarse de algo (hombre-sillón) en el que ha estado una sentada.”

Todos los actos obsesivos guardan un sentido y pueden ser interpretados. Al igual que los ceremoniales pero la persona los hace sin saber cual es la significación de los mismos. Solo con el tratamiento psicoanalítico podemos encontrar su sentido. 

 

La persona que padece obsesiones y prohibiciones, se comporta como si se hallara bajo una conciencia de culpabilidad pero de la cual no sabe lo mas mínimo. Esta conciencia de culpabilidad tiene su origen en acontecimientos antiguos de lo que se siente culpable y de ahí que tenga angustia de que puedan pasarle desgracias, como si de un castigo se tratara. 

 

Cuando realiza el ceremonial la persona tiene conciencia de que si no lo hace, ocurrirá alguna desgracia, bien a él o alguna persona querida pero no sabe exactamente qué tipo de desgracia ocurrirá. Por lo tanto, el ceremonial en el toc se realiza como un acto de defensa, de aseguramiento o como una medida de protección.

 

El toquiano tiene culpa y en algo siente que ha pecado, de ahí que comienza sus manias obsesivas como si fueran rezos y tiene una significación de buscar el perdón y a la vez de protección de que no ocurra algo malo. 

 

Sin saberlo, el toquiano tiene reprimido un impulso instintivo generalmente de naturaleza sexual que el algún momento estuvo en su conciencia y luego lo reprimió. Pero no termina de estar seguro de que dicho instinto lo pueda mantener reprimido y tiene temor a que aparezca en su conciencia de nuevo. 

 

El toquiano vive ese instinto o deseo como una tentación ante la cual puede volver a caer y se apodera de él una angustia expectante, es decir, tiene temor de volver a caer en la tentación y realizar el deseo sexual reprimido pero que a su vez tanta culpa le da. 

 

La fuerza de este impulso o dese sexual puede ser tan grande que a toquiano le cuesta cada vez mas mantenerlo reprimido pero tiene que hacer algo para equilibrar o tratar de que ese instinto reprimido no aparezca en la conciencia. Por lo tanto, los actos ceremoniales y obsesivos nacen así en parte como defensa contra la tentación de volver a caer y también como protección contra la desgracia esperada por sentir que va a ser castigado por lo que desea llevar a cabo. 

 

 

 

domingo, 27 de junio de 2021

¿Nos puede enfermar vivir frustrados?

Para que aparezcan una enfermedad neurótica (histeria, obsesiones, pensamientos paranoicos, fobia, crisis de ansiedad, ataques de angustia, etc...) en una persona, debe existir una predisposición a la misma, es decir, en su desarrollo personal hubo circunstancias familiares, sociales y personales que alteraron el curso de su desarrollo. El psicoanálisis estudia la sexualidad como un factor decisivo entre la salud y la enfermedad nerviosa, de manera que ciertas circunstancias familiares y del mundo exterior vividas durante la infancia y primera edad adulta, han podido alterar el desarrollo sexual de la persona y predisponerla a una enfermedad mental donde la causa es un conflicto con su sexualidad entre la parte consciente y la parte inconsciente.

La sexualidad en psicoanálisis está definida como el modo que la persona tiene de relacionarse con sus familiares y con el resto del mundo. El amor, el odio, los celos, la envidia, el deseo, etc, dan forma al carácter de la sexualidad de la persona, por lo tanto, según el modo de aceptación o conflicto con su sexualidad podrá ser el factor que predisponga a la persona a la aparición de ciertas enfermedades mentales.

El primer factor exterior que puede dar ocasión a la aparición de una enfermedad neurótica, se debe a la aparición de una frustración. La persona tenía salud mientras sus necesidades amorosas y sexuales estaban satisfechas y contrae una neurosis cuando pierde a una persona y no encuentra una sustitución de la misma. También puede ocurrir que personas que no encuentran una persona a “su gusto” pueden vivir bajo el sentimiento de frustración.

La frustración ocasiona abstinencia, es decir, se estanca la energía sexual y amorosa en la persona porque no tiene con quien satisfacerla, produciéndose un incremento de la tensión sexual y si no logra encontrar un camino adecuado para descargarse de ella, podrá enfermar.

Cuando hay frustración de lo que antes era una satisfacción, los caminos saludables para resolverla por un lado es orientar la energía hacia el exterior, tratando de encontrar otra persona con quien satisfacer el amor y la energía sexual o por otro lado, renunciar a la satisfacción sexual y amorosa y sublimar dicha energía hacia otro fines o acciones: trabajo, proyectos, acciones humanitarias, sociales, etc...

Sin embargo, no todas las personas que viven frustradas, logran resolver su frustración, la cual se acentúa cada vez mas, hasta producir cambios en el carácter y desarrollar un trastorno neurótico en la personalidad.
El efecto negativo de una frustración no resuelta, es debido a que despierta factores inconscientes infantiles que existían hace tiempo y que hasta el momento no había sido causa de perturbación.

Cuando estos factores inconscientes se reactivan porque la energía de la persona ha quedado dentro de ella, se activa la fantasía, la persona crea nuevos deseos de forma fantasiosa e incluso regresa a etapas de su infancia donde encuentra recuerdos bonitos donde todo era satisfacción y felicidad, quedándose estancada o atrapada su energía en recuerdos infantiles satisfactorios. Al reactivarse dichos recuerdos, la persona añora los mismos y siente malestar y frustración de que su vida ahora no sea tan bonita como lo era en su etapa infantil. Al quedar reforzado los recuerdos infantiles, la energía queda estancada en los mismos, de manera que no tiene capacidad sana de afrontar la realidad

y se refugia en los recuerdos de felicidad de la infancia o en fantasías de amores imposibles porque busca en la realidad lo que perdió en la infancia. Cuando esto ocurre, la persona ha empezado a desarrollar un trastorno neurótico o ha empezado a enfermar. (continuará)

lunes, 31 de mayo de 2021

El trastorno obsesivo compulsivo es una neurosis de defensa.


 

 

 

1.     Las experiencias sexuales en la infancia temprana son determinantes en la aparición del trastorno obsesivo. Suelen ser experiencias donde el niño llevó a cabo actividades sexuales placenteras e incluso participó en actos sexuales. 

2.     Habitualmente el niño tiene una experiencia sexual de carácter pasivo. Alguien le seduce y posteriormente de manera activa tiende a repetir con otros niños lo aprendido o se inicia precozmente en actividades masturbatorias. 

3.     La esencia de la neurosis obsesiva puede resumirse en una breve fórmula: las representaciones obsesivas son reproches transformados, que retornan de la represión y siempre se refieren a un acto sexual de la niñez ejecutado con placer. 

 

 

El trastorno obsesivo tiene varias etapas.

 

1.     Una primera la llamamos la etapa de la inmoralidad infantil. En este periodo tienen lugar las experiencia sexuales pasivas donde el niño, mas adelante ejecuta actos activos sexuales normalmente contra el sexo contrario.

2.     En la segunda etapa, cuando se inicia en el niño la maduración sexual, el recuerdo de aquellos actos placenteros le producen un sentimiento de reproche que reprime mediante síntomas escrupulosos, vergüenza y desconfianza hacia sí mismo. 

3.     Tras este periodo comienza la tercera fase del toc, la de la salud aparente y en realidad, la defensa conseguida.

4.     El cuarto periodo es el periodo de la enfermedad, que se caracteriza por el retorno de los recuerdos reprimidos, o sea, el fracaso de la defensa y la aparición de las representaciones y afectos obsesivos. 

 

 

 

 

Existen dos formas de neurosis obsesiva.

 

 

 

La primera de ellas, aparecen representaciones obsesivas típicas, que atraen toda la atención de la persona y le hace sentir un displacer y otra forma donde la persona siente un reproche acusatorio que le hace sentir un grave malestar. Los contenidos de las representaciones obsesivas, están deformadas y desplazadas en relación al hecho sexual infantil vivido, de manera que se sustituye dicho recuerdo por algo análogo no sexual. 

Sustituye por ejemplo un recuerdo sexual del cual siente vergüenza por el síntoma de lavarse las manos compulsivamente. ( continuará ) 

domingo, 27 de diciembre de 2015

LOS TRES LABERINTOS DEL OBSESIVO ( parte 1 )

Estudiando a Freud, la encrucijada en la cual queda atrapado el obsesivo es no pode resolver tres cuestiones fundamentales para su desarrollo evolutivo. En anteriores textos, dijimos que el toc tiene un origen infantil, es decir, durante el proceso de sexuación del niño, puede ocurrir que dicho proceso quede alterado o interrumpido por circunstancias educativas familiares, por sucesos precoces en el desarrollo sexual que el niño no comprende y de ahí parten una serie de cuestiones que quedan sin responder y den origen a la estructura “defensiva del toc” porque en términos generales, el toc, sus síntomas no dejan de ser mas que un medio de defensa contra la emergencia de ciertos deseos inconscientes INFANTILES.

Los tres laberintos en los cuales se encuentra atrapado el obsesivo son: el laberinto del padre, el laberinto de la mujer y el laberinto de la muerte. El laberinto del padre en el obsesivo siempre tiene que ver con un padre cruel, con una voz interior que le castiga, que le habla, que le presiona, que le insulta, que le hace sentirse mala persona. El laberinto de la mujer para el obsesivo tiene que ver con la duda: soy hombre o soy mujer. De ahí que muchos obsesivos tengan miedo a la homosexualidad, que realmente significa miedo heterosexual, ya que el obsesivo, cuando se halla dentro del laberinto de la sexualidad, su duda de si es hombre o si es mujer tiene que ver con no aceptar las diferencias entre hombre y mujer. Y el laberinto de la muerte, hace que el obsesivo viva en un permanente juego donde vive para hacerlo todo igual, es decir, para negar el paso del tiempo, creerse en su laberinto inmortal. A groso modo estos serían los caminos por donde todo obsesivo transita. Desarrollaremos mas adelante cada uno de los laberintos del obsesivo para entender porque le cuesta tanto salir de ellos. CONTINUARA.

martes, 3 de marzo de 2015

¿ES POSIBLE VOLVERSE LOCO CON EL TOC? (2)


Entre el esfuerzo de voluntad del paciente, que consigue reprimir la representación sexual inaceptable y la aparición obsesiva que por poco intensa que sea siempre va provista de un afecto incomprensiblemente intenso, se abre una laguna. La separación de la representación sexual de su afecto y el enlace del mismo con otra idea adecuada pero no intolerable, son procesos que se desarrollan sin que la conciencia tenga noticia de ellos. También puede producirse que una representación sexual intolerable y su enlace a una representación obsesiva de carácter penoso. Este tipo de obsesiones, suponen una defensa continuada contra representaciones sexuales distintas, que de manera incesante tienden a emerger a la conciencia. Los pacientes suelen ocultar este tipo de representaciones obsesivas cuando tienen conciencia de su carácter sexual y suelen manifestar angustia o determinados impulsos a llevarlas a cabo.
El afecto o sentimiento que suele ir asociado a la representación sexual, puede ligarse como energía libre a cualquier representación por absurda que parezca. Por ejemplo, la angustia que queda libre y cuyo origen sexual no debe ser recordada, se enlaza a fobias comunes a otras personas, a animales, oscuridad o cosas que bajo ningún concepto podrían ser relacionadas con algo sexual. Hay una ventaja que obtiene “el yo” eligiendo para la defensa el camino de la “transposición del afecto”. El afecto bajo el cual ha padecido “el yo” permanece intacto con la sola diferencia de que la representación sexual intolerable queda excluida del recuerdo.

Ejemplo. Una muchacha padece de reproches obsesivos. Cuando lee el periódico, lee haberse descubierto una falsificación de moneda o un crimen cuyo autor se ignora, piensa enseguida estar implicada en la falsificación, o se pregunta con angustia si no habrá sido ella la asesina, dándose cuenta, sin embargo, de lo absurdo de tales imaginaciones. Durante algún tiempo tal conciencia de culpabilidad adquirió tal dominio sobre ella que llegó  ahogar su juicio crítico, llevándola a acusarse ante sus familiares y su médico de haber cometido realmente semejantes delitos. Un penetrante interrogatorio descubrió el origen de su conciencia de culpabilidad. Excitada por una sensación voluptuosa, casualmente experimentada y arrastrada por los consejos de una amiga suya, había comenzado a masturbarse y venía practicándolo desde varios años atrás pero reprochándoselo debido a su fuerte moral. La paciente se curó después de alguno meses de tratamiento. ( continuará)

domingo, 14 de septiembre de 2014

MECANISMOS PSIQUICOS DE LAS OBSESIONES ( continuación )

Otra característica de los pacientes obsesivos es que son supersticiosos, pero se trata de una superstición que nada tiene que ver con las típicas supersticiones, sino que son consecuencia de su pensamiento obsesivo.  Cuando se encuentran bajo el domino de una obsesión, se les ocurre por ejemplo, toda clase de accidentes a los seres queridos que apoyan su convicción supersticiosa. Como el paciente que no tenía miedo al número 13, pero creía en los presagios y en los sueños proféticos, tropezaba con las personas cuando justo esta pensando en ellas. Una vez salió de viaje con la convicción de que no volvería vivo a su casa. Pese a esto también reconocía que esto le ocurría con cosas sin importancia pues cuando se trató de hechos importantes en su vida siempre fue por sorpresa y no hubo presagios, por ejemplo, la muerte del padre. Pero entender esto no modificaba que eso le aconteciera. El psicoanálisis mostró a este paciente, que la supersticiones que le acontecían él mismo colaboraba en la fabricación de las mismas, mediante los olvidos, la lectura ingenua, etc… El paciente recuerda que su madre cuando trataba de fijar una fecha de algo futuro, solía decir: “ tal dia o tal otro no podré, porque tendré que guardar cama”. Y en efecto, siempre pasaba acostada tales fechas.
Otra característica de estos sujetos es la necesidad de la inseguridad o de la duda. La necesidad de inseguridad es uno de los métodos que la neurosis emplea para extraer al obsesivo de la realidad y aislarle del mundo. Todo su esfuerzo es por

Evadir cualquier seguridad y poder permanecer en la duda. Por eso odian especialmente los relojes, en tanto no permiten la duda. Los obsesivos eluden toda aquellas informaciones que pudieran llevarle a una solución del conflicto. Con su inseguridad se adhiere a aquellos temas en que la inseguridad es generalmente humana y en los cuales todos permanecemos necesariamente expuestos a la duda. Tales temas son, ante todo, la paternidad, la duración de la vida, la supervivencia en el más allá y la memoria a la que solemos dar fe sin nada que garantice su exactitud. La cuestión con el padre que todo obsesivo varón tiene es para evitar el orden de generaciones, para evitar ser un mortal entre otros mortales, ser un eslabón de la cadena de generaciones. Vive como un muerto, sin deseos, para protegerse de la muerte. Los neuróticos obsesivos utilizan la inseguridad de la memoria para la producción de síntomas. En cuanto al poder que atribuyen a sus ideas y sentimientos, aunque se pueden considerar como un delirio, sin embargo todos los neuróticos obsesivos parecen tener ese convencimiento. Preguntado al obsesivo por tal convencimiento, lo refiere a hechos acontecidos en su vida. Como el paciente aquel que intentaba ocupar en el hospital una habitación en la cuya ya había estado y que le facilitaba las relaciones con una de las enfermeras, le dijeron que esta ocupada por un anciano. Inmediatamente pensó: ojala le parta un rayo.!! Quince días después despertó con la sensación de que tenía cerca de sí un cadáver y al levantarse supo que aquella noche había muerto el anciano. Otro recuerdo que corroboraba el supuesto poder de su pensamiento, se refería a una muchacha mayor que él , que habiéndosele declarado, le preguntó si la podría querer un poco, a lo cuál él la respondió negativamente. Poco después la muchacha se tiró por el balcón y el se reprochaba haber sido tan huraño,  pensando que habría estado en sus manos haber alargado la vida de aquella muchacha. Desde entonces, el poder de su amor y su odio tenía una razón de ser para él. Podemos decir que estaba en juego su preocupación por la muerte y en cuanto a su odio, no es que omnipotente pero de él provenían muchas de sus ideas obsesivas. Por no poder pensar la mortalidad del padre no podía dejar de desear su muerte, incluso cuando el padre ya había muerto. Este paciente mantenía una relación peculiarísima en relación a la muerte. Condolía cordialmente todas las muerte, iba a todos los entierros e incluso mataba en su fantasía a sus conocidos para condolerse con los sobrevivientes. Freud subraya los rasgos obsesivos del comportamiento del sujeto religioso, donde tanto en el obsesivo como en el religioso lo que les mueve a realizar los rituales es inconsciente a ellos. Los motivos que impulsan a la práctica religiosa son desconocidos para los creyentes, como los actos obsesivos lo son para los neuróticos.