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domingo, 19 de junio de 2022

Los síntomas en la neurosis obsesiva ( parte 2 )

 Hay una inmadurez en el desarrollo de la sexualidad del toquiano, de manera que frente a las exigencias de sus deseos sexuales, por experiencias sexuales tempranas, normalmente, cuando ya comienza a tener noción de que lo que hace o desea , su yo se defiende regresando a una fase anterior del desarrollo sexual que llamamos fase sádica del desarrollo. Y esta regresión determinará todo el curso posterior del proceso del desarrollo de la neurosis obsesiva. 

 

Esta fase está caracterizada por la existencia de instintos sádicos, de ahí que el toquiano, bien sabemos que no podría hacer daño a una mosca, empieza a tener pensamientos y deseos agresivos, lo que hace que su súper yo ( la parte moral de la personalidad ) se vuelva muy áspero y severo contra el toquiano. 

 

Suele ser esta época donde el toquiano comienza a luchar contra la masturbación, tratando de no llevarla a cabo porque siente culpa. Y será entonces cuando la masturbación queda sustituida en forma de actos obsesivos que según pasa el tiempo, cada vez le dan mas satisfacción. Actos obsesivos que suelen ser exageraciones de algo normal. En vez de lavarse una vez las manos, lo hace cientos. Cierra la puerta y la comprueba varias veces, hace la cama una y otra vez, etc… 

 

Entonces decimos que hay tres mecanismos de defensa del toquiano sobre sus deseos sexuales. Primero trata de reprimirlos, segundo regresa a la fase sádica agresiva y tercero desarrolla síntomas obsesivos. 

Y lo interesante del toquianismo, es que el síntoma no deja de ser a la vez que una satisfacción, un castigo por parte del súper yo. 

domingo, 5 de junio de 2022

Los síntomas en la neurosis obsesiva ( parte 1 )

Los síntomas de la neurosis obsesiva, son en general de dos géneros de tendencia opuesta.

Podemos tener síntomas negativos, como son prohibiciones, medidas preventivas y penitencias o por el contrario: satisfacciones sustitutivas simbólicamente disfrazadas muchas veces. 

 

De estos grupos, el mas antiguo es el grupo de síntomas negativos defensivos. La neurosis obsesiva es una neurosis de defensa. Pero conforme avanza la enfermedad, van predominando las satisfacciones sustitutivas que burlan la defensa. 

 

Los síntomas obsesivos alcanzan un triunfo cuando se consigue juntar la prohibición con la satisfacción y lo que al principio fue un mandato defensivo o prohibición, acaba siendo a la vez una satisfacción. Es decir, hacer y deshacer. Un ejemplo es el de una mujer que hacia y deshacía la cama muchas veces. Cuando la hacia era para que no se notara que quería tener relaciones sexuales y cuando la deshacía significaba que las había tenido. Y luego la volvía para no pensar que había tenido en su fantasía relaciones sexuales.  

 

En los casos menos complicados, el síntoma obsesivo es en dos tiempos, por un lado se ejecuta un mandamiento e inmediatamente otro que suprime o deshace lo hecho. 

 

De todo esto sacamos dos impresiones. En la neurosis obsesiva se mantiene una lucha constante contra lo reprimido. Lucha que va haciéndose cada vez mas desfavorable a la represión y en segundo lugar que el yo y el súper yo, nuestro vigilante moral, toman parte importantísima en la formación de síntomas. 

 

Cerramos este video diciendo que la situación inicial de la neurosis obsesiva es la defensa contra las exigencias sexuales inconscientes. 

domingo, 25 de julio de 2021

El trastorno obsesivo compulsivo y las p prácticas religiosas. Toc religioso (2ª parte )

Los actos obsesivos se hallan al servicio de intereses de la personas y se expresan cargados de afectos y pensamientos que se encuentran reprimidos en lo inconsciente.

Una mujer había desarrollado un toc tras separarse de su marido y había cogido la costumbre obsesiva de sentarse en un sillón determinado pudiendo pasar horas sentada en él. El sillón era para ella un símbolo del marido, al cual tres años después se seguía manteniendo fiel. La explicación a su obsesión fue: “Es tan difícil separarse de algo (hombre-sillón) en el que ha estado una sentada.”

Todos los actos obsesivos guardan un sentido y pueden ser interpretados. Al igual que los ceremoniales pero la persona los hace sin saber cual es la significación de los mismos. Solo con el tratamiento psicoanalítico podemos encontrar su sentido. 

 

La persona que padece obsesiones y prohibiciones, se comporta como si se hallara bajo una conciencia de culpabilidad pero de la cual no sabe lo mas mínimo. Esta conciencia de culpabilidad tiene su origen en acontecimientos antiguos de lo que se siente culpable y de ahí que tenga angustia de que puedan pasarle desgracias, como si de un castigo se tratara. 

 

Cuando realiza el ceremonial la persona tiene conciencia de que si no lo hace, ocurrirá alguna desgracia, bien a él o alguna persona querida pero no sabe exactamente qué tipo de desgracia ocurrirá. Por lo tanto, el ceremonial en el toc se realiza como un acto de defensa, de aseguramiento o como una medida de protección.

 

El toquiano tiene culpa y en algo siente que ha pecado, de ahí que comienza sus manias obsesivas como si fueran rezos y tiene una significación de buscar el perdón y a la vez de protección de que no ocurra algo malo. 

 

Sin saberlo, el toquiano tiene reprimido un impulso instintivo generalmente de naturaleza sexual que el algún momento estuvo en su conciencia y luego lo reprimió. Pero no termina de estar seguro de que dicho instinto lo pueda mantener reprimido y tiene temor a que aparezca en su conciencia de nuevo. 

 

El toquiano vive ese instinto o deseo como una tentación ante la cual puede volver a caer y se apodera de él una angustia expectante, es decir, tiene temor de volver a caer en la tentación y realizar el deseo sexual reprimido pero que a su vez tanta culpa le da. 

 

La fuerza de este impulso o dese sexual puede ser tan grande que a toquiano le cuesta cada vez mas mantenerlo reprimido pero tiene que hacer algo para equilibrar o tratar de que ese instinto reprimido no aparezca en la conciencia. Por lo tanto, los actos ceremoniales y obsesivos nacen así en parte como defensa contra la tentación de volver a caer y también como protección contra la desgracia esperada por sentir que va a ser castigado por lo que desea llevar a cabo. 

 

 

 

domingo, 20 de junio de 2021

¿ POR QUÉ NOS REFUGIAMOS EN LAS ENFERMEDADES? - Estoy mal pero no quiero ir a ningún especialista-

 ¿Por qué nos refugiamos en las enfermedades? (Estoy mal pero no quiero ir a ningún especialista) 

 

Es frecuente encontrarnos con personas que se hayan bajo un esto de depresión, ansiedad, angustia, manías obsesivas, inseguridad o incapacitadas para afrontar circunstancias de la vida y a pesar de encontrarse mal no quieren ir a tratarse con un especialista de la salud mental. 

Los problemas mentales, comienzan poco a poco y gradualmente van acaparando mas espacio mental hasta convertirse en un trastorno psicológico que termina afectando a varias áreas de la vida de la persona. Comprobamos que en los estadios iniciales, la persona siente que le ocurre algo fuera de lo habitual pero confía en que se le pasará o que puede valerse por sí misma para no tener que recurrir a ayuda externa. En una segunda fase, se hace mas notables los síntomas y la persona se da cuenta que le ocurre algo que se le empieza a escapar al control consciente y por mas intentos que hace, los síntomas comienza a durar mas tiempo y la personalidad ya sufre algunas de las consecuencias de su trastorno mental. Por último el trastorno se ha apoderado de la conciencia y la persona resulta incapacitada para llevar a caso sus tareas habituales, produciendo un deterioro laboral, personal y familiar. 

En la fase inicial la persona rechaza ayuda externa por una cuestión narcisista, es decir, cree que puede resolverlo por sí misma y aunque le lleve un consumo de energía mental puede controlar lo que le pasa pero a cambio pierde una valiosa energía en controlarlo pero sin llegar a saber qué es lo que le pasa.

La siguiente fase, suele ser cuando la persona siente que ya no puede controlar lo que le pasa y es en esta fase cuando deciden buscar ayuda de un profesional que les ayude a entender y resolver lo que le sucede. 

En la fase propia de la enfermedad es cuando ocurren reacciones en la persona donde observamos que termina adaptándose a lo que le ocurre. Si esta deprimido, lo acepta con resignación, si tiene miedo a los espacios externos restringe las salidas, si tiene obsesiones trata de mantenerlas a base de costosos rituales obsesivos, etc.

En esta fase observamos que la enfermedad que antes parecía extraña al yo, ahora lejos de ser extraña es como algo ya conocido, de manera que termina integrándose a la personalidad y la persona vive con ello aunque le suponga un deterioro de su vida. La enfermedad le hace vivir una vida nueva y la persona cambia su vida anterior por la nueva vida que su enfermedad le hace vivir. El yo ha integrado la enfermedad y ahora la vida del sujeto es en torno a la misma. Vive por y para la enfermedad. 

Observamos que numerosas personas, enferman como resultado de un mecanismo de huida de la realidad, de manera que se refugian en la enfermedad porque no puede afrontar los retos que la realidad les exige, de manera que terminan encontrando en la enfermedad y en el aislamiento que les ocasiona, una manera de no estar en contacto con aquello que les perturba. Podemos decir que es una especie de huida hacia uno mismo, refugiándose en la enfermedad, de manera que no quieren resolver lo que les ocurre porque encuentran una cierta paz y tranquilidad en aquello de lo que ya ni se quejan pues ha quedado introducida la enfermedad como algo ya cotidiano de su vida. 

Verdaderamente podríamos decir que son mecanismos adaptativos mentales que tienen su razón de ser para la persona pues a veces, el esfuerzo y los cambios de personalidad que tendrían que llevar a cabo para adaptarse a la realidad pueden ser mas costosos y dolorosos que enfermar, donde la persona puede encontrar un refugio para sentirse tranquilo aunque tenga que pagar el precio de estar enfermo. 

domingo, 30 de abril de 2017

EL SENTIMIENTO DE CULPA EN EL TOC

La culpa mata, ya que el sentimiento de culpa es una respuesta de la conciencia moral y se corresponde con la voz de un Juez interior, de Dios, del padre o de la madre que todos llevamos dentro. Es la “voz de la conciencia” que llama a la reflexión cuando ciertos deseos inconscientes aparecen en la conciencia.
Para sentir culpa, una persona tiene que haber pensado, fantaseado o llevado a cabo un acto ilícito o alejado de la moral social o familiar. ¿Qué pensarían tus padres o la sociedad de ti si supieran que piensas o deseas hacer esto?
MUY IMPORTANTE. No hace falta llevar a cabo una acción amoral para sentirnos culpables. Con que solo aparezcan en la conciencia, ya es suficiente para sentir culpa.
Existen multitud de casos donde una persona, llevada por un penoso sentimiento de culpa, acababa padeciendo los efectos de un castigo que de manera inconsciente se imponía ella misma.
NO LO OLVIDES. La culpa es un sentimiento que produce gran malestar y no deja de ser una acusación o un señalamiento hacia nosotros mismos sobre algo de lo que pensamos, deseamos o fantaseamos es contrario a la moral social o familiar establecida.
Actos, pensamientos o deseos del orden del sadismo, masoquismo, infidelidad, deseos sexuales, egoísmo… producen culpa cuando aparecen en la conciencia.
¿Qué persona no ha tenido el deseo de ser infiel a su pareja? ¿Quién no ha deseado la muerte de un ser querido por rabia o  para poder  obtener un beneficio de ello:?
¿Quién no ha sentido el deseo de matar a alguien para liberarse de su presencia? ¿Qué hermano no deseó alguna vez ser hijo único por  celos hacia sus otros hermanos?

¿A cuantas personas estaríamos dispuestos a pisotear o a eliminar para adquirir un puesto mejor en lo social y laboral? ¿Cuántos hijos desearon la muerte de los padres para tener mas libertad?
Lo interesante es pensar que la culpa se produce por un deseo de interés o satisfacción personal aunque suponga un perjuicio para otros. Pero nuestro Juez interior será el encargado de juzgarnos en virtud de la amoralidad del deseo fantaseado o realizado.
MUY IMPORTANTE. Cuanta mayor es la culpa, mayor será la respuesta moral de nuestro Juez interior.
Sin embargo, la culpa es inconsciente, es decir, no todo el mundo llega a darse cuenta que está padeciendo las consecuencias de la culpa.
La culpa es un sentimiento penoso e insoportable para la conciencia. Si lo trasladamos al cristianismo, cuando una persona siente culpa, se confiesa y acepta la penitencia que se le impone para aminorar la culpa.
Los niños pequeños, cuando hacen algo malo y sienten culpa, no paran de incordiar hasta que reciben un castigo y lejos de sentirse mal, podemos observar que el castigo les calma.
La moral de cada persona es diferente hasta el punto que lo que a una persona le da culpa, a otra le da risa, todo depende del ambiente familiar y social donde nos hayan educado y de ciertas constelaciones psicológicas inconscientes.
MUY IMPORTANTE. Cuanto mas moralista haya sido nuestra educación, más rígido será nuestro Juez interior.
Frases como “nunca me puede ir bien”, “una persona como yo no puede ser feliz“, “no me merezco la felicidad”, “me esta bien empleado lo que me sucede por ser mala persona” “no me siento bien aunque me pasen cosas buenas” “a mi no me puede pasar nada bueno” “me ha tocado ser infeliz” “si este es mi destino, qué le voy a hacer”, etc...
Todas y cada una de estas frases indican la existencia de un sentimiento de culpa inconsciente.
Lo peligroso de la culpa es que llega a tiranizar la vida de las personas, de manera que se puede vivir sufriendo  solo para calmar la culpa inconsciente que sentimos.
MUY IMPORTANTE. Muchos de las circunstancias penosas que nos rodean en nuestra vida han sido construidas para calmar la culpa.
NO LO OLVIDES. Una persona bajo el sentimiento de culpa suele tener una vida sin placeres en aquella parte de su vida donde reine la culpa.
Hay que cuestionarnos que en esa parte de nuestra vida, donde falla algo, puede haber un sentimiento de culpa establecido sin que lo sepamos.
MUY IMPORTANTE. El Juez que nos juzga y condena y el verdugo que ejecuta la sentencia, son la misma persona, es decir, nosotros mismos.
NO LO OLVIDES. Podemos saber que nos hallamos bajo la tiranía de la culpa cuando algo nos va realmente mal en la vida y se mantiene en el tiempo. Tenemos que pensar que el malestar que vivimos está siendo el precio que estamos pagando para aminorar el penoso sentimiento de culpa. Si nos va mal en pareja, con el dinero, los amigos y hasta ciertas enfermedades orgánicas, inconscientemente se producen para calmar la culpa.
El ejercicio laboral suele estar afectado de nuestros problemas personales. Cuando una persona se siente implicada en algún hecho concreto de su vida (un divorcio, una pérdida, una muerte etc.) donde hay terceros afectados en relación a él, puede hacer aparición un sentimiento de culpabilidad que le lleva a emitir una serie de juicios, actitudes o comportamientos dañinos hacia su persona y hacia su trabajo, hasta que es despedido.
NO LO OLVIDES. Podemos medir la culpa según como nos va en la vida. Nos va mal, es porque sentimos mucha culpa. Si nos va regular hay algo de culpa y si nos va bien, no sentimos ni tenemos culpa.

CASO CLÍNICO. A.G.M. era un empresario que se hallaba casado desde hacia 20 años. Conoció a una mujer latina con la cual comenzó a vivir un apasionado romance. Pensó separarse justo en el momento en que a su mujer le diagnosticaron un carcinoma de mama. A pesar de todo, llevado por su pasión se separó. A los tres meses su mujer falleció. Aparentemente A.G.M. se hallaba feliz, liberado de su esposa y con su nueva pareja. Lo interesante del caso es que cometió dos errores graves en su empresa de manera que perdió en menos de siete meses casi cinco millones de euros. Arruinado y con un bajón emocional fue abandonado por su amante. Lejos de sentirse mal, A.G.M. se sintió profundamente aliviado. Llegó a decir que su egoísmo había precipitado la muerte de su mujer. Acosado por una terrible culpa, pagó su castigo: se empobreció y se quedó solo.
IMPORTANTE. Por último, las personas resignadas también tienen culpa. Y la calman actuando en contra de sí mismos, “me dejó mi pareja, “me despidieron”, “me accidenté”, “ya no puedo hacer nada”, “es mi destino”, “jamás seré feliz”, “dejé escapar mi última oportunidad”, “siempre estoy solo”, “no tengo amigos”, “nadie me quiere”, “solo puedo resignarme”.



domingo, 5 de junio de 2016

Supervivencia Obsesiva

Un paciente define el toc como “estar viviendo en una cárcel, cumpliendo una condena. Hay días que tienes libertad condicional pero luego te vuelves a tu celda. Dentro de la cárcel hay una sala de torturas, que son los síntomas, que tiene que llevarlos a cabo para poder ir reduciendo tu condena. Dice que hasta que no pague su condena, seguirá en la misma. Su delito, tiene que ver con su familia. Está viviendo tres vidas, la de su madre, su padre y la suya pero les está haciendo pagar a ellos sus malas vidas y la mala educación que le dieron: su error fue que le permitieron todo, que nunca le pusieron límites. Ahora sólo puede sobrevivir de forma obsesiva pero tiene que hacerles pagar a ellos su mala conducta. Los responsables de su manera de ser fueron una madre infiel y un padre que nunca fue padre.

En este caso que tan bien define las causas del toc, analizamos una verdad y es que si un toquiano tarda tiempo en curarse es porque todavía no se fía de sí mismo. El toquiano no distingue entre la realidad exterior y su realidad interna. Podemos afirmar que viven en su celda, que es poco la libertad que se permite y que cuanto mas culpa tiene más ritualiza, mas está en su celda de castigo porque sólo llevando a cabo sus rituales, mas se tranquiliza.

Todo toquiano sabe que en su cárcel se encuentra seguro. Y aunque lo rechaza, también lo acepta. Porque tiene miedo a la libertad y es que confunde la libertad con la falta de límites.

Por esta circunstancia el toquiano se impone una vida con límites muy estrictos, porque todavía no sabe ponerle limites a sus deseos inconscientes y piensa que puede llevar a cabo sus deseos inconscientes si se sale de los límites que sus rituales le imponen.

El psicoanálisis del toc, consiste en analizar los deseos inconscientes que han llevado a la cárcel al toquiano para enseñarle a renunciar a ellos y ponerse límites para poder vivir una vida de humano. El paciente obsesivo está invadido permanentemente por deseos sexuales que muchas veces no es consciente de ellos porque cuanto mas ritualiza y mas absurdo es el ritual mas aleja a la conciencia de lo que tanto desea y a la vez teme: sus deseos sexuales infantiles.




domingo, 14 de febrero de 2016

MECANISMOS DE LAS OBSESIONES TOC (2)


Las ideas obsesivas tienen la característica de encubrir lo que verdaderamente desea el obsesivo. Son reproches transformados que retornan, afloran en la conciencia y tiene que ver con actos, ideas o deseos que de llevarse a cabo producirían gran placer en el paciente obsesivo.
Dichos actos, ideas o deseos, surgen en un periodo infantil al que le daremos el nombre de “inmoralidad infantil”. Quiero esto decir que surgen en un momento donde el niño todavía no tiene conciencia de lo que es bueno o malo, prohibido o permitido. Como dichos actos o deseos son vividos con gran placer, el niño puede mantenerlos durante tiempo hasta que surge en él un periodo de madurez que le hará luego juzgar dichos actos o deseos.
Deseos sexuales hacia los hermanos, el padre, la madre, deseos violentos hacia los familiares motivados por los celos, son entre otros motivados porque el niño no tiene noción de lo que es prohibido.
Solo cuando surge en él la moral, la censura, tiene que reprimirlos pero su deseo inicial es seguir deseando aquello que él sabe que es prohibido pero que le produce enorme satisfacción.
Aquí comenzaría el calvario del obsesivo, desarrollándose el mecanismo de las obsesiones que le llevan a reprocharse, a castigarse por todo aquello que aún sabiendo que es prohibido, algo es él sigue deseándolo. Y quien lo sigue deseando es “el niño falto de moral y de escrúpulos que existe en todo paciente toquiano”.
La pelea que tiene el paciente con toc, no deja de ser una pelea entre un “yo infantil amoral” que continuamente quiere satisfacer sus deseos y un “yo  inmaduro” que lucha para que ese yo infantil se mantenga reprimido y callado.

El toc es un permanente desequilibrio entre un yo infantil y un yo actual pero inmaduro.