domingo, 25 de abril de 2010

ETERNAMENTE JOVEN

Dentro del toc, hay una variante cuya acciones llevan al sujeto a vivir en una especie de realidad deformada donde tiene la sensación de que nada a su alrededor cambia. Esta sensación de atemporalidad, permite a la persona con toc perder el tiempo en rituales que calman una voz interior que grita que el tiempo pasa. La angustia que aparece cuando el ritual no se lleva a cabo, tiene que ver con esta llamada a la realidad donde nada es lo que parece, ya que el paciente con toc, detrás de su atemporalidad, detrás de su sentimiento de inmortalidad, lo que se esconde es su verdadero terror al envejecimiento y a la muerte. Esto puede llevarle a vivir como un inmortal: dejará para mañana lo que podría hacer hoy y mañana le sucederá igual. Tiempo y muerte: dos variante muy interesantes que deben ser trabajadas en el paciente con toc. Y entre el tiempo y la muerte, lo que media es la sexualidad, ya que no solo los organos genitales se hicieron para el goce, sino también para la reproducción de la especie, de ahí, que el rechazo que muchas personas con toc, tienen por las relaciones sexuales es porque en el gesto de la cópula también se halla el gesto de la reproducción. Y de ahí el contínuo huir por un laberintos que no hay salida, ya que la salida siempre es una: la vida y la vida conlleva tiempo, sexualidad y al final, muerte.

domingo, 18 de abril de 2010

HIPERSEXUALIDAD EN EL TOC

En ciertos pacientes con toc, podemos observar que sus obsesiones siempre son referencias sexuales. Viven obsesionados por el sexo, por el placer de consumar una relación o varias relaciones sexuales que nunca llevan a término, ya que tienen miedo al contagio, a la enfermedad, a la culpa y al castigo. Este tipo de obsesiones aparecen durante el periodo infantil, y se dan cuando el niño tuvo ocasión de presenciar el coito de los padres, intercambió información con otros niños mas adelantados o fue seducido por algún persona mayor que le despertó precozmente el instinto sexual. Durante una fase de la infancia, estos acontecimientos desaparecieron de su mente, pero quedaron como recuerdos reprimidos y con el desarrollo de la adolescencia muestran la influencia que sobre ellos tuvieron. Comienza a aparecer pensamientos de índole sexual que la persona vive como extraña y se angustia porque suelen ser inaceptables para su conciencia moral. Esto es debido a que durante aquellos primeros actos sexuales, la persona gozó y una vez reprimido, en su interior, siguió deseando satisfacer los mismos pero nunca más se atrevió. Al hombre le cuesta abandonar aquello que alguna vez le dio placer y a este tipo de pacientes, algo semejante les ocurrió. Todos sus pensamientos sexuales tienen una raíz en un acontecimiento sexual vivido con gusto durante su pasado infantil.

domingo, 11 de abril de 2010

LA DOBLE MORAL EN EL PACIENTE OBSESIVO

Si algo llama la atención en el toc, es la lucha interna que tiene la persona consigo misma. Podemos afirmar con total seguridad que hay una doble personalidad con su doble moral correspondiente en el paciente con toc. Una de ellas, suelen ser bastante amoral, ya que los pensamientos o ideas que le vienen a su mente suelen ser contrarios a la buena educación o a las buenas costumbres y frente a esta parte amoral, aparece otra totalmente contraria o hipermoralista, que se encarga de juzgar, condenar y castigar a la otra parte amoral de la personalidad. Entre estas dos partes de un mismo ser, se juega todo el problema del obsesivo. Por un lado, quiere hacer cosas que jamás se admitirían socialmente y por otro lado, quiere ser la persona más correcta del mundo porque él mismo se da cuenta que lo que piensa o desea no es propio de una persona civilizada. La cuestión es resolver esta dura batalla: por un lado pensamientos que se imponen y por otro lado la lucha contra los mismos, lucha que suele perderse la mayoría de las veces porque no se tienen las armas adecuadas. “Para luchar contra el enemigo, primero hay que conocerlo”, decía un estratega del s. XVIII, y podríamos hacer un símil con esta frase: el peor enemigo del paciente con toc, es él mismo, o mejor dicho, la parte inconsciente de su personalidad, que piensa y desea por su cuenta y a su libre albedrío. La batalla se juega en el mismo campo: el campo de la psiquis y el psicoanálisis viene a demostrar que con solo conocer la parte inconsciente de la personalidad, ya se la doblega y al final, ni el enemigo es tan fuerte, ni es tan malo: es una parte mas de nosotros mismos – la parte inconsciente- que lo único que quiere es ser escuchada, no tanto llevar a cabo lo que desea, sino ser escuchada y para ser escuchada, debemos escuchar sin juzgarla. Y este es el serio problema en el toc: la persona se juzga muy rígida y severamente a sí misma o a la parte inconsciente de su personalidad. El psicoanálisis es la terapia cien por cien efectiva en el entendimiento y curación del toc.

domingo, 4 de abril de 2010

LA RELIGIOSIDAD DEL OBSESIVO

El obsesivo, tiene su propia religión. Freud lo compara con la fe de los religiosos, con sus rituales eclesiásticos, sus rezos, Dios... El obsesivo también tiene sus rituales, su manera de pensar junto a sus fórmulas que le hace sentirse más o menos seguro, no deja de ser una manera de rezar. Y su Dios, por norma general suele ser un Dios algo tiránico, ya que el obsesivo, siempre se siente observado por algo que le juzga en función de lo bien o lo mal que haga las cosas. Este Dios particular del obsesivo, no deja de ser más que la parte moral de él mismo. Parte moral, también llamada Superyo desde el psicoanálisis- y que regula todos los actos del obsesivo. Podemos decir que esta parte moral es la que regula los pensamientos en el toc. Cuando el sujeto toma conciencia de la falta de nobleza de sus pensamientos, rápidamente aparece el superyo – o abogado interior- que le juzga, le critica, le hace sentir culpa, arrepentirse, pedir perdón, etc. Y digamos, que pone remedio a esa pelea interior que todo paciente con toc, tiene consigo mismo y con sus fantasmas familiares. Porque las peleas internas que tienen estos pacientes, no suele ser con mas de tres o cuatro personas que se reducen al padre, la madre, algún hermano y subrogados de ellos: el jefe, los compañeros, los amigos… Peleas que no dejan de ser conflictos con las relaciones afectivas que en un momento determinado se gestaron en la infancia del sujeto con toc. De aquí la importancia que el psicoanálisis da a los primeros años infantiles en el desarrollo del sujeto. Por eso, que acercarse al desarrollo psicosexual y psicoemocional en el paciente con toc, es entrar en un campo donde se encontrará el origen de su dolencia. Desde allí y hasta la vida de adulto, todo son ramificaciones encubiertas de aquellos primero conflictos infantiles que el sujeto tuvo y no pudo resolver y que ahora trata de resolverlos de manera ineficaz, porque al no comprender su dolencia, ni el origen de la misma, se pierde entre los laberintos de sus propios pensamientos obsesivos que no dejan de ser máscaras que encubren otro sentido.