domingo, 25 de abril de 2010

ETERNAMENTE JOVEN

Dentro del toc, hay una variante cuya acciones llevan al sujeto a vivir en una especie de realidad deformada donde tiene la sensación de que nada a su alrededor cambia. Esta sensación de atemporalidad, permite a la persona con toc perder el tiempo en rituales que calman una voz interior que grita que el tiempo pasa. La angustia que aparece cuando el ritual no se lleva a cabo, tiene que ver con esta llamada a la realidad donde nada es lo que parece, ya que el paciente con toc, detrás de su atemporalidad, detrás de su sentimiento de inmortalidad, lo que se esconde es su verdadero terror al envejecimiento y a la muerte. Esto puede llevarle a vivir como un inmortal: dejará para mañana lo que podría hacer hoy y mañana le sucederá igual. Tiempo y muerte: dos variante muy interesantes que deben ser trabajadas en el paciente con toc. Y entre el tiempo y la muerte, lo que media es la sexualidad, ya que no solo los organos genitales se hicieron para el goce, sino también para la reproducción de la especie, de ahí, que el rechazo que muchas personas con toc, tienen por las relaciones sexuales es porque en el gesto de la cópula también se halla el gesto de la reproducción. Y de ahí el contínuo huir por un laberintos que no hay salida, ya que la salida siempre es una: la vida y la vida conlleva tiempo, sexualidad y al final, muerte.

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