domingo, 5 de abril de 2015

APORTACIONES TEÓRICAS AL TRASTORNO OBSESIVO TOC

Toda obsesión siempre va unida a un estado emotivo. Puede incluso persistir inalterado el estado emocional e ir cambiando la idea obsesiva a él asociada. Dudas, escrúpulo, agresividad, pueden mantenerse constante e ir variando de persona, idea o situación. Cuando estudiamos los antecedentes de un paciente obsesivo, hallamos una idea original y que después ha sido sustituida por otras. Todas las ideas, pensamientos obsesivos posteriores guardan algún carácter común con la idea original y en todos hallamos un hechos que de una manera u otra guardan relación con impresiones tempranas de la vida sexual de la persona, que bien puede querer hacerlas desaparecer por calificarlas de penosas o bien por haber experimentado un goce demás con respecto a la misma. Lo cierto es que todo trastorno obsesivo guarda relación con fragmentos de la sexualidad infantil que no han logrado pasar a un estadio de madurez. El mecanismo obsesivo consiste en “despistar a la conciencia” del fragmento sexual reprimido pero que pulsa por manifestarse en la conciencia. Podríamos decirlo como una persona que se “ha quedado pegada” a un fragmento del desarrollo o conocimiento de su vida sexual y del cual no logra separarse, bien por haber gozado de ello o bien por haber quedado inconcluso su descubrimiento. De ahí se debe el carácter absurdo de las obsesiones y el desgaste de energía que hace una parte de la conciencia por mantener alejada la representación sexual intolerable para la conciencia. Hecho en sí que hace al sujeto mantener la conciencia ocupada en representaciones que quitan la energía al sujeto y a las cuales puede unirse un afecto desagradable como el de la angustia. La misión de la obsesión como mecanismo mental que funciona en la conciencia se considera como un acto de defensa del yo contra la idea inconciliable. El repetir un acto, llevarlo a cabo durante horas, etc, no deja de ser un mecanismo para mantener a la conciencia ocupada y que el contenido sexual inconsciente no acceda a la conciencia. Cuanto mayor es la intensidad del impulso sexual reprimido mayor es el síntoma obsesivo y mayor es el esfuerzo de la parte inconsciente de la conciencia para que no deje huella. Sin embargo, mientras que la representación sexual queda expulsada de la conciencia, no es así con el estado emotivo asociado, que no puede ser reprimido y que se experimenta como una descarga inconsciente sobre la conciencia. Normalmente puede ser miedo, angustia, terror, ansiedad, duda, incertidumbre. Son estado emocionales que también sirven para enmascarar la prominencia del impulso sexual que quiere acceder a la conciencia. Experimenta miedo o terror para no experimentar el deseo sexual. Por un lado, el afecto y por otro la representación obsesiva sirven para tachar o impedir el descubrimiento de un deseo sexual reprimido intolerable para la conciencia.