domingo, 17 de agosto de 2014

¿A QUÉ LE TEME EL OBSESIVO?

La mayor o menor gravedad del trastorno obsesivo compulsivo guarda relación con el grado de represión del sujeto y con la cuantía de su moral o censura.
La angustia que siente el obsesivo permite ver su relación con su libido sexual, que sería de donde parte todo el conflicto que le lleva a hacer síntomas hasta de lo imposible.
El conflicto es una lucha donde  sus deseos inconscientes, tratan de imponerse en la conciencia. La conciencia moral del obsesivo suele ser la suma de la moral familiar y de la moral social. Digamos que frente a la aparición de sus deseos inconscientes, en el obsesivo, es la voz del padre, de la madre o de la conciencia social quienes juzgan dichos deseos.
El conflicto es un conflicto de intereses, porque si bien es cierto que el inconsciente del obsesivo-como el de cualquier persona- no piensa, no juzga y no calcula. De esto, ya se encarga el yo o la parte consciente de la personalidad. El inconsciente sólo quiere manifestarse en toda su expresión, si bien es cierto que la expresión de sus deseos siempre es amoral, es decir, para el inconsciente no hay censura, es energía en su estado puro, energía que tiene que canalizarse ya que la libido sexual inconsciente,  es la energía que mueve a la persona. Un ejemplo sería el petróleo crudo, hasta que no es refinado y pasa por una serie de procesos, no puede ser apto para usarse como energía. El inconsciente sería ese petróleo crudo que debe ser refinado para poder hacer uso del mismo. Lo que falla por así de decirlo en el obsesivo es el mecanismo de censura. Digamos que en los primeros años de la infancia, el obsesivo tuvo un descubrimiento sexual precoz que le hizo ser tolerante con aquellos deseos que acudían a su conciencia. El desarrollo de su moral con el tiempo es para contener aquellos deseos que alguna vez le proporcionaron un goce exquisito. Siendo así que muchos deseos de los obsesivo hacen referencia a niños, a la homosexualidad, hacia el padre, la madre, los hermanos. Todos las ideas obsesiva tienen relación con la primera etapa del desarrollo sexual humano. Lo que tuvo que ser censurado o reprimido, se postergó y ahora, hay una conciencia moral que actúa contra la manifestación en la conciencia de los deseos sexuales infantiles que debieron ser reprimidos y censurados en su momento pero que no lo fueron.

El obsesivo por lo tanto, a lo que tiene miedo es a su libido sexual. Al interés que lo sexual sigue despertando en él como cuando niño pero ahora, desde la actualidad y desde la conciencia moral ya no puede retomar lo que en su momento, fue fuente de placer infantil.