domingo, 21 de febrero de 2016

Mecanismo de las Obsesiones (3)

domingo, 14 de febrero de 2016

MECANISMOS DE LAS OBSESIONES TOC (2)


Las ideas obsesivas tienen la característica de encubrir lo que verdaderamente desea el obsesivo. Son reproches transformados que retornan, afloran en la conciencia y tiene que ver con actos, ideas o deseos que de llevarse a cabo producirían gran placer en el paciente obsesivo.
Dichos actos, ideas o deseos, surgen en un periodo infantil al que le daremos el nombre de “inmoralidad infantil”. Quiero esto decir que surgen en un momento donde el niño todavía no tiene conciencia de lo que es bueno o malo, prohibido o permitido. Como dichos actos o deseos son vividos con gran placer, el niño puede mantenerlos durante tiempo hasta que surge en él un periodo de madurez que le hará luego juzgar dichos actos o deseos.
Deseos sexuales hacia los hermanos, el padre, la madre, deseos violentos hacia los familiares motivados por los celos, son entre otros motivados porque el niño no tiene noción de lo que es prohibido.
Solo cuando surge en él la moral, la censura, tiene que reprimirlos pero su deseo inicial es seguir deseando aquello que él sabe que es prohibido pero que le produce enorme satisfacción.
Aquí comenzaría el calvario del obsesivo, desarrollándose el mecanismo de las obsesiones que le llevan a reprocharse, a castigarse por todo aquello que aún sabiendo que es prohibido, algo es él sigue deseándolo. Y quien lo sigue deseando es “el niño falto de moral y de escrúpulos que existe en todo paciente toquiano”.
La pelea que tiene el paciente con toc, no deja de ser una pelea entre un “yo infantil amoral” que continuamente quiere satisfacer sus deseos y un “yo  inmaduro” que lucha para que ese yo infantil se mantenga reprimido y callado.

El toc es un permanente desequilibrio entre un yo infantil y un yo actual pero inmaduro.

lunes, 8 de febrero de 2016

MECANISMO DE LAS OBSESIONES EN EL TRASTORNO OBSESIVO TOC (1)

En toda obsesión hay dos elementos: una idea que se le impone a al persona y un estado emotivo asociado, como puede ser la duda, el remordimiento o la cólera.
Es normal que en muchas obsesiones dura mas el estado emotivo y cambia la idea obsesiva. Si la duda por ejemplo es el estado emotivo, pueden dudar obsesivamente de varias cosas.
Puede tener odio y cambiar obsesivamente de personas hacia las que siente odio.
Esto se debe a que lo que perdura es la emoción o el sentimiento que suele ser lo primero que aparece y la idea a las que se asocia puede cambiar con respecto a la primera que apareció. Es decir, vemos en el toc, que la  idea se suele sustituir por otra. Lo importante no es la idea sino el sentimiento asociado. De ahí el carácter absurdo de muchas obsesiones que carecen de sentido.
Una mujer que tenia la obsesión de tirarse por la ventana, de herir a sus hijos con un cuchillo, clavarle la tijera a su marido, eran ideas que le servían para desviar un deseo sexual muy fuerte que sentía a la vista de otros hombres porque se encontraba insatisfecha con su vida sexual.
Un joven que tenia ideas de suicido cada vez que iba al metro era para desviar la atención de un poderoso deseo sexual que sentía por su hermana mayor, con la que habían jugado de pequeños a juegos de contenido sexual.
Un joven obsesionado con la idea de contagiarse de Sida por la calle, asociaba cualquier mancha marrón que se encontraba a sangre seca que podía tener Sida. Esta obsesión había surgido a raíz de haber ido con una prostituta. El joven luchaba contra la idea de seguir haciendo uso de este servicio y se defendía de su deseo pensando que podía coger el virus del Sida.
Observamos que las obsesiones tienen una conexión con un deseo inconsciente que la persona no tolera. Cuanto mas absurdo es la idea obsesiva mas aparta a la persona de la causa verdadera que perturba a su conciencia y es la existencias de deseos inconscientes que la moral juzga porque no se toleran. De ahí el autoreproche del obsesivo y la orden de castigarse a sí mismo que con tanta frecuencia escucha.