sábado, 29 de diciembre de 2012

terapia de pareja

martes, 11 de diciembre de 2012

YA ESTÁ A LA VENTA EL LIBRO " LA TIRANÍA DE LOS SENTIMIENTOS"





Este libro es la llave de acceso a la parte más oculta y profunda de tu personalidad: el inconsciente. Si tus sentimientos te traicionan, te hacen sufrir, enfermar y ser infeliz, aquí tienes las claves del entendimiento del origen y sentido de todos tus padecimientos, así como el modo de gestionar tus emociones.
En sus páginas tiene el fruto de veinte años de trabajo sobre mas de mil quinientos pacientes, cuyo sufrimiento era provocado por la tiranía de sus sentimientos.
Si toleras las verdades que hay en él escritas, habrás comenzado su psicoanálisis y posiblemente no serás la misma persona después de leer y meditar este libro. Pero si niegas sus palabras, seguirás siendo víctima de la tiranía de tus propios sentimientos. 


De venta en: www.editorialgrupocero.com



lunes, 8 de octubre de 2012

INTRODUCCIÓN DEL LIBRO ¿ CÓMO GESTIONAR LAS EMOCIONES? ( inminente publicación )


Todos los pensamientos que aparecen en nuestra conciencia, tienen un sentido inconsciente por muy incongruentes y faltos de sentido que nos parezcan. A veces, llegamos a sentirlos como extraños y ajenos a nuestra manera de ser, pero tienen su propio significado. Nos sorprendemos de nosotros  pensando o deseando cosas ilógicas o desagradables hacia nuestra pareja, familia, hijos, amigos y  nos  sentimos mal y hasta culpables por la crudeza de los mismos
¿Cuando me peleo con mi pareja, un familiar, un hijo, un amigo o un compañero y me vienen pensamientos o deseos de matarlo, es que realmente quiero matarlo? ¿Si siento un deseo sexual hacia mi compañero de trabajo eso significa que ya no quiero a mi novio o marido? ¿Por qué mi pareja me maltrata y a pesar de ello le sigo queriendo?
Los sentimientos pueden llegar a ser tiránicos, esclavizándonos a una manera de sentir o pensar que nos provoca malestar y deterioro personal.
El ser humano es ambivalente, en él existe la posibilidad de crear y destruir, de amar y odiar, porque en nosostros  anida la capacidad de crear vida pero también  producir la muerte.
Son los científicos quienes inventan una máquina para detectar el cáncer pero también son los que inventan armas de destrucción masiva.
La misma persona a la que amaba cuando estaba enamorado, es la  que ahora odio. Creemos poder controlar nuestros sentimientos, pero son ellos quienes nos controlan a nosotros.

NO LO OLVIDES. Cuando el odio, el amor, los celos, la envidia, la soberbia, el narcisismo, la arrogancia, la pereza, la infidelidad etc… nos crean malestar porque son más fuertes que la razón, estamos siendo víctimas de la tiranía de nuestros sentimientos.

Treinta años de estudios, sobre más de cincuenta mil pacientes, nos permiten afirmar que los trastornos y desequilibrios emocionales que padecemos son el resultado de un conflicto psíquico moral, entre la razón y la parte inconsciente amoral de la personalidad.
Pensamientos, deseos, afectos, sentimientos, emociones que aparecen en la conciencia y no comprendemos su sentido, pueden ser causa de conflicto, desequilibrio, alteración y perturbación que acaban enfermando la conciencia.
Aparte de las necesidades económicas, tenemos necesidades afectivas, emocionales y sexuales satisfechas, pudiendo sufrir tanto por exceso como por defecto. Uno puede sentirse mal cuando ama pero también cuando le falta el amor. Cuando amamos a una persona, se puede sufrir por la aparición de los celos, pero no amar a nadie para no sentir celos, también puede ser doloroso.
En apariencia, sabemos lo que queremos a nivel emocional y sin embargo, no siempre lo logramos.  ¿Por qué se me repiten los  mismos problemas con el amor,  el trabajo, la familia o los amigos?
El psicoanálisis ha descubierto que lo que queremos conscientemente, a veces, no coincide con lo que deseamos inconscientemente.

DIFICIL DE ACEPTAR. Tanto lo  que tenemos  como lo que nos falta en la vida, es producto de  nuestros deseos inconscientes.
Pero ¿cómo voy a querer o a desear a una persona que me hace daño? ¿Por qué continuo en un trabajo dónde me explotan? ¿Por qué las personas que mas quiero son las que peor me tratan? ¿Por qué siempre me engañan o me traicionan las personas que quiero?

La respuesta está en uno mismo. Por increíble que parezca, todos tenemos necesidades  que son del orden del dolor, del masoquismo, del sadismo y de la perversión, las cuales, pueden llegar a convertirse en una forma de vivir.
Las relaciones tortuosas a medio y largo plazo y que nos producen dolor, pueden crearnos hábito y dependencia emocional hacia la persona que nos lo inflige. Es una drogodependencia emocional que aún haciéndonos daño, la necesitamos para vivir.

MUY IMPORTANTE. El dolor, el amor, el sadismo, el masoquismo, el odio, la venganza, los celos y los deseos sexuales perversos e insatisfechos pueden  convertirse en  una forma de vivir para muchas personas.
 CASO CLÍNICOAcude a consulta una pareja de 49  y 45 años de edad. Dicen querer separarse tras llevar más de 18 años de convivencia. Su vida matrimonial y de pareja ha sido un infierno. Se han peleado y separado varias veces pero una fuerza poderosa y extraña les lleva a unirse de nuevo. La última vez, él la agredió físicamente a ella, tuvieron un juicio rápido y a él se le prohibió la cercanía al hogar. Dos días después su mujer lo llamaba para que volviera a pesar de la orden policial existente. Tras un mes de luna de miel, vuelven a agredirse y esta vez, ella lo denuncia por violación. Vuelven a juzgarlo a él y esta vez lo encarcelan. Al mes y medio, ella retira toda denuncia y cargos contra él para que le suelten de la cárcel. El Juez, cansado de tanta neurosis, pide una valoración psicológica que pone al descubierto la existencia de una relación de pareja sadomasoquista. El hombre proyectaba sobre su mujer la relación amor odio que tuvo con su madre y la mujer proyectaba la relación amor odio que vivió con su padre. Tras dos años de tratamiento, han encontrado nuevas formas de goce que no tienen que ver ni con el sadismo ni con el masoquismo.

¿Quién no ha sentido odio y rencor por una persona querida y no poder separarse de ella?
¿Has sentido alguna vez culpa por desear a otras personas que se hallaban comprometidas?
¿Quién no sueña con lograr una mejor posición económica aunque para ello tenga que traicionar sus ideales o creencias?
¿Cuántas veces has sentido culpa por desear el mal a una persona?
¿Cuántas veces hubieras dado rienda suelta a todos tus deseos y pasiones sexuales si tu moral reprimida no te lo hubiera impedido?
Las personas tenemos deseos y necesidades afectivas, emocionales y sexuales que nos gustaría satisfacer pero las silenciamos por vergüenza, ya que nuestra moral, nuestra ideología personal o familiar nunca la aceptaría.
Los conflictos entre la moral y ciertos deseos inconscientes, son causa de la mayoría de los trastornos mentales. En la  depresión, el trastorno obsesivo, la ansiedad, los ataques de angustia, la impotencia,  la frigidez, la eyaculación precoz, la bulimia, la anorexia, etc,  encontramos un conflicto emocional o sexual inconsciente con la moral sin resolver.
El yo -la conciencia-, se halla entre  el mundo de la realidad y el mundo interior inconsciente. Estamos sometidos constantemente a tentaciones que ponen a prueba la fortaleza de nuestra moral y de nuestra ética. A veces sucumbimos a nuestras tentaciones y otras veces las reprimimos. Sin embargo, todo lo reprimido permanece latente en el inconsciente pudiendo retornar de manera inesperada en la conciencia y provocar conflicto y malestar.
De ahí que muchas de las actuaciones o formas de comportamiento del ser humano, son conductas de evitación para no tener el conflicto que producen la aparición de sentimientos, deseos y afectos contrarios a nuestra educación y a nuestra moral y ética.





CASO CLÍNICO. Mujer muy guapa de cara, de 28 años pero bastante obesa. Sufre de ataques de angustia y ansiedad que la hacen desmayarse en público y acudir a urgencias. No puede dejar de comer. Ha intentado varias veces ponerse a régimen y cada vez que logra llegar a su peso ideal, le aparece un estado de nerviosismo que la lleva de nuevo a engordar. El caso fue diagnosticado de histeria. Esta mujer, cada vez que adelgazaba provocaba auténticas pasiones entre los hombres de su trabajo y ella se daba cuenta pero no quería verlo porque se le despertaban  ciertos deseos sexuales intolerables para su conciencia que le hacían rechazar de manera inconsciente su estado actual de belleza. La única manera de no llamar la atención de los hombres era engordando y deformándose, pero aún así, no podía evitar la aparición de deseos sexuales que le producían un verdadero conflicto moral en su conciencia, cuya represión se manifestaba en ataques de angustia y ansiedad.

CASO CLÍNICOJoven de 18 años, hijo único con dependencia emocional  a una madre rígida y desapego a un padre insignificante. Presenta fracaso escolar y desde hace unos meses, miedos, angustia, ansiedad que al psicoanalista le hace pensar en un terror virginal a las mujeres aún deseándolas. El psicoanálisis descubre la existencia de un Complejo de Edipo (enamoramiento hacia la madre). Cada vez que aparecían los ataques de angustia, al padre le echaban de su cama y el hijo ocupaba su puesto junto a la madre. El joven reconoció que la cercanía del cuerpo de la madre le despertaba “cierto picor genital “. La madre padecía de una neurosis donde negaba inconscientemente que su hijo había crecido y seguía dándole un trato infantil. Para no herir sus sentimientos, de manera sutil y cuidadosa se le aconsejó que no se volvieran a meter en la cama al hijo a pesar de que este se angustiara. Actualmente el joven está más tranquilo y va aprobando alguna asignatura.


CASO CLÍNICO. Santi y Pepa, ambos casados con sus respectivas parejas, se conocieron hace un año en la misma empresa. En el breve espacio de un mes, se desarrolló una intensa amistad que llamó poderosamente la atención a sus compañeros de departamento. De la noche a la mañana comenzaron a llevarse mal y a discutir hasta el punto que fueron separados por el mal rollo que producían. La Jefa de Recursos Humanos, psicóloga y con formación psicoanalítica pudo darse cuenta (por una experiencia personal similar)  que entre Santi y  Pepa  se habían  despertado de unos sentimientos y una pasión desaforada que ninguno de los dos toleró y al ver la posibilidad de una cercana satisfacción, para no caer en la tentación de una infidelidad conyugal,  tuvieron que poner freno a sus sentimientos a través de la pelea y la discusión. Pero la Jefa de Recursos Humanos sabe que aunque se lleven mal y estén separados por varios biombos, se siguen deseando.


INCREIBLE, PERO CIERTO. Si te llevas demasiado bien con una persona y la relación se tuerce repentinamente hasta acabar en discusión o pelea puede ser debido a la aparición entre vosotros de deseos amorosos o sexuales intolerables para la moral y la conciencia.


A TENER EN CUENTA. Muchos casos de mobbing,  lo que esconden es una pasión amorosa o sexual que se desarrolla inconscientemente  entre las personas y a su vez se reprime de la conciencia por ser contraria a la moral de la persona.


CASO CLÍNICOImportante Empresa Nacional. Empleada deprimida y de baja desde hace varios meses. Acusa de mobbing a su Jefe, hombre austero, seco, distante y de pocas palabras. Él reconoce que ella le pone nervioso y ella reconoce que él la pone nerviosa. Ambos son dos nerviosos. Cada vez que se juntan para trabajar, saltan chispas. Tras dos meses de couching emocional con él, se descubre la existencia de un deseo sexual inconsciente de carácter sádico que le despierta su empleada cuando ésta muestra su carácter infantil y rebelde. La empleada refiere haber sufrido el carácter violento y machista de su padre muerto hace dos años. A pesar del trato recibido, le quería y  su muerte le ocasionó una profunda melancolía no superada actualmente.  Mediante un complejo mecanismo de identificación, desplazamiento y proyección, la empleada puso a su Jefe en el lugar del padre muerto, de manera que volvieron a activarse en ella la ambivalencia de sus sentimientos hacia su padre: amor y odio.
El carácter de su Jefe se le hacía intolerable ya que lo amaba por recordarle al padre muerto pero a su vez lo odiaba porque despertaba en ella un sentimiento de amor prohibido. El caso del “supuesto mobbing “se resolvió cuando ella pronunció la frase: “no te vayas a creer que estoy enamorada de mi Jefe (o sea, de mi padre)“

sábado, 15 de septiembre de 2012

OBSESIONES Y FOBIAS. SU MECANISMO PSIQUICO Y SU CAUSA


Texto de 1894 de Sigmund Freud.

La diferencia esencial entre las obsesiones propias y las fobias, es la siguiente:
En toda obsesión hay dos elementos: 1º Una idea que se impone al enfermo. 2º Un estado emotivo asociado. Ahora bien: en las fobias, este estado emotivo es siempre la angustia, mientras que en las obsesiones, propias puede ser igualmente cualquier otro, tal como la duda, el remordimiento o la cólera. Ante todo, trataré de explicar el mecanismo psíquico, verdaderamente singular, de las obsesiones propias, muy diferentes del de las fobias.
En muchas obsesiones verdaderas es evidente que el estado emotivo es lo principal, puesto que persiste inalterado, variando, en cambio, la idea a él asociada. Así, la sujeto de nuestra observación número uno (más adelante) tenía remordimientos muy varios, de haber robado, de haber maltratado a sus hermanas, de haber fabricado moneda falsa, etc. Igualmente, las personas que dudan, dudan de muchas cosas a la vez sucesivamente. El esto emotivo permanece en estos casos invariable, mutándose, en cambio la idea. En otros, es ésta también fija como en la muchacha de nuestra observación número cuatro (mas adelante) que profesaba un odio incomprensible a todas las criadas de la casa, cambiando, no obstante de persona. Pues bien, un escrupuloso análisis psicológico de estos casos muestra que el estado emotivo como tal está siempre justificado. La muchacha número uno, que siente remordimientos, tiene suficientes motivos para ello; las mujeres de la observación número tres, que dudaban de su resistencia contra las tentaciones, sabían muy bien por qué, y la muchacha número cuatro, que detestaba a las criadas tenía perfecta razón para quejarse de ellas. El sello patológico de estos casos, consiste, pues, únicamente en los dos singulares caracteres siguientes: 1º Que el estado emotivo se ha eternizado. 2º Que la idea asociada no es ya la idea justa, la idea original, relacionada con la etiología (causa) de la obsesión, sino una idea sustitutiva de la misma.
Prueba de ello es que en los antecedentes del enfermo, y en la época inicial de la obsesión, puede hallarse siempre la idea original, después sustituida. Tales ideas sustitutivas tienen caracteres comunes, correspondiendo a impresiones verdaderamente penosas de la vida sexual del individuo, que este se ha forzado en olvidar, sin conseguir mas que reemplazar la idea inconciliable por otra, poco apropiada para asociarse al estado emotivo, el cual, por su parte, ha permanecido sin alteración. A esta forzosa conexión del estado emotivo y la idea asociada es a la que se debe el carácter absurdo de las obsesiones. Expondremos ahora las observaciones y daremos luego como conclusión una tentativa de explicación teórica.
Observación número uno. - Una muchacha que se hacía reproches de haber robado, fabricado moneda falsa, se daba cuenta sin embargo de lo absurdo de tales reproches.
Rectificación de la sustitución.- Se reprochaba el onanismo (la masturbación) que practicaba en secreto sin poder renunciar a ello.
Observación número dos.- Un joven estudiante de Medicina, que padecía una obsesión análoga. Se reprochaba múltiples actos inmorales: haber matado a su prima, desvirgado a su hermana, incendiado una casa, etc. Llegó a sentir la necesidad de volverse continuamente en la calle para convencerse de que no había matado al transeúnte con quien acababa de cruzarse.
Rectificación.- Había leído en un libro de divulgación médica que la masturbación, a la cual se entregaba, desmoralizaba al individuo, habiéndole impresionado mucho la noticia.
Observación número tres.- Varias mujeres que se quejaban de la obsesión de arrojarse por la venta, herir a sus hijos con cuchillos, tijeras, etc..
Rectificación. Tentaciones obsesivas típicas.- Se trataba de mujeres insatisfechas en su matrimonio, que se debatían contras los deseos y las ideas voluptuosas que surgían en ellas a la vista de otros hombres.
Observación número cuatro.- Una joven, perfectamente sana de espíritu y muy inteligente, que mostraba un odio infinito contras todas las asistentas de la casa. Este odio se había despertado en ella ante los descaros de una criada y se había ido transmitiendo luego de criada en criada, haciendo imposible el servicio en la casa. Como motivo de este sentimiento- mezcla de odio y repugnancia- alegaba la sujeto que las suciedades de “aquellas criaturas” le estropeaban su idea del amor.
Rectificación. La joven había sido testigo involuntario de una escena amorosa de su madre. Al sorprenderla se cubrió el rostro y se tapó los oídos, haciendo luego todo lo posible por olvidar la escena, que la repugnaba, y cuyo recuerdo la hubiera obligado a separarse de su madre, a la que amaba tiernamente. Consiguió en efecto, el deseado olvido; pero la cólera que despertó en ella ver ensuciada su idea del amor persistió en su ánimo, asociándose a ella poco después la idea de una persona que pudiese reemplazar a su madre (las criadas)
Observación número cinco.- Una joven se había aislado casi completamente a consecuencia de un miedo obsesivo a la incontinencia de orina. No podía salir de su cuarto ni recibir una visita sin haber orinado múltiples veces. Hallándose en su casa y en reposo no sentía miedo alguno.
Rectificación. Se trataba de una tentación o una desconfianza obsesiva. De lo que desconfiaba no era de su vejiga, sino de su resistencia contra un impulso sexual. Así lo demostraba el origen de la obsesión. Una vez en el teatro, había sentido, a la vista de un hombre que le gustaba, un deseo amoroso, acompañado de ganas de orinar. Habiéndose visto obligada a abandonar el teatro, fue presa desde aquel momento del miedo a volver a sentir la misma sensación; pero el deseo de orinar se sustituyó al deseo amoroso sexual.
Las observaciones anteriores, si bien muestran diversos grados de complejidad, tienen de común que la idea original (inconciliable) ha sido sustituida por otra. En las que a continuación pasamos a exponer, la idea original ha sido también sustituida, pero ya no por otra idea, sino por actos o impulsos que sirvieron originariamente de alivio o de procedimientos protectores y que ahora se hallan en una grotesca asociación con un estado emotivo, con el que no armonizan pero que es el original y continua estando tan justificado como en un principio.
Observación número seis. Aritmomanía obsesiva. Una mujer había contraído la obsesión de contar las losas de la acera, los escalones, etc y lo realizaba de continuo, presa de un ridículo estado de angustia.
Rectificación.- Había comenzado a contar para distraerse de sus ideas obsesivas (tentaciones) y lo había conseguido pero quedando sustituida la obsesión primitiva por el impulso a contar.
Observación número siete. Especulación obsesiva. Una mujer padecía ataques de esta obsesión que no cesaban sino durante los períodos, siendo entonces reemplazados por miedos hipocondriacos. El tema del ataque era una parte del cuerpo o una función: por ejemplo, la respiración. ¿por qué es necesario respirar? ¿Y si yo no quisiera respirar? Etcétera.
Rectificación. Al principio había tenido miedo de volverse loca; fobia hipocondriaca, muy frecuente en las mujeres no satisfechas por su marido, caso que era el suyo. Para convencerse de que no iba a volverse loca y de que aún gozaba de su inteligencia, había comenzado a plantearse cuestiones y a ocuparse de problemas de importancia. Con esto consiguió al pronto tranquilizarse, pero la especulación mental llegó a sustituirse a la fobia.
Observación número siete.- Una mujer que se lavaba las manos cien veces al día y por no tocarlos con ellas, abría los pestillos de las puertas empujándolos con el codo.
Rectificación.- Los lavados tenían un carácter simbólico y se hallaban destinadas a sustituir por la pureza física la pureza moral, que la sujeto lamentaba haber perdido. Se atormentaba con el remordimiento de una infidelidad conyugal, cuyo recuerdo había decidido ahogar.
Por lo que respecta a la teoría de esta sustitución, me limitaré a dar respuesta a dos cuestiones que aquí se plantean:
1ª ¿Cuál es el motivo de tal sustitución? A mi juicio, podemos considerarla como un acto de defensa del yo contra la idea inconciliable. Algunos recuerdan el esfuerzo de voluntad realizado para expulsar la idea o el recuerdo penoso del campo de la conciencia (observaciones tres, cuatro y once). En otros casos, esta expulsión de la idea inconciliable se produjo de un modo inconsciente, que no ha dejado huella alguna en la memoria de estos enfermos.
2ª¿Por qué el estado emotivo asociado a la idea obsesiva se ha perpetuado en lugar de desvanecerse como los demás estados de nuestro yo? Aquí sólo haré observar que el hecho mismo de la sustitución hace imposible la desaparición del estado emotivo. (CONTINUARÁ)

lunes, 30 de julio de 2012

EL MIEDO COMO SINTOMA EN EL TOC

Muchos toquianos padecen un miedo irracional a sus pensamientos. No sólo por la moral coercitiva que opera sobre ellos, sino también ante hechos nímios y carentes de importancia. El toquiano, tiene atrapado u ocupado su "yo" por una moral impositiva llamada " superyo" y otra parte, quizás la más conflictiva para el " yo" que es el "ello" o el inconsciente. No existe otra etiología ( causa ) del toc que no sea la sexualidad infantil reprimida. Estos aspecto, tiene el inconveniente que pueden llegar a rozar la perversidad, pues los niños, tienen una sexualidad polimorfa perversa- hay goce en todo, sin importarles la moral-. Hay un goce demás en el toquiano. La intensidad de sus deseos infantiles, es tan grande como la de su represión. Todo toquiano es una " reprimido de su sexualidad infantil". Y el miedo, que es del orden de la conciencia, es a la sexualidad infantil inconsciente. El miedo, también es una respuesta a la conciencia social y familiar del superyo. Solo si tiene miedo, no se atreve a llevar a cabo semejantes deseos. Solo si tiene miedo, puede reprimir duramente los mismo, aunque le lleve un agotamiento de energía. La conciencia moral, es castigadora, porque el toquiano, vive dentro de una cárcel impuesta por su moral como respuesta a todo intento de libertad. Hay en el toquiano un pensamiento imaginario donde cree que puede llegar a satisfacer toda su sexualidad. Pero si de algo está protegido, es del homicidio, del suicidio y de la esquizofrenia. Un toquiano jamás podrá matar, suicidarse o volverse loco, porque su patología está al servicio de negar al otro, aún sabiendo que existe. Si goza del otro, luego sentirá culpa. Su mecanismo mental le llevará a deshacer lo que hizo pagando el precio que el superyo le exija. El yo, queda invadido por los pensamientos que tienen un disfraz y que ocultan dicha sexualidad infantil y a su vez también está invadido por el superyo que trata a toda consta de que dichos deseos no se lleven a cabo. El psicoanálisis, lo que logra llevar a cabo es devolverle al yo su espacio y libertad. Recociliándolo con su parte inconsciente, ya no es necesaria la vigilancia estricta del superyo. Dicha reconciliación consiste en ir poniendo en contacto al yo, con la parte reprimida inconsciente para que lejos de asustarse, pase a una aceptación de la existencia de dicha sexualidad infantil con la cual es dificil la convivencia. Para todos aquellos que dicen que el psicoanálisis no cura el toc, es porque no quieren aceptar que lo que es enfermó es su sexualidad infantil reprimida: es decir, los deseos sexuales con la madre, homosexuales con el padre, sadismo con los hermanos, etc...

domingo, 29 de abril de 2012

CÓMO INFLUYE UNA MADRE CASTRADORA EN UN HIJO CON TOC


Desde mi cargo de Director del Dpto de Clínica de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, vengo investigando casos de toc desde hace mas de veinte años. He comprobado que los casos mas agudos, que acuden a consulta y que se hallan bajo el efecto de medicación psiquiátrica,  tienen un conflicto familiar muy diferente a aquellos casos, que no vienen medicados. En los casos graves de toc, donde las compulsiones obsesivas invalidan en su totalidad a la persona, guardan relación con la existencia de una madre castradora y un padre anulado. El término castradora, hace alusión a un tipo de mujer que ha anulado la figura del marido y del padre, de manera que el hijo queda bajo el mandato exclusivo y tiránico de la madre. Este tipo de madres, ejercen un poder absoluto sobre el hijo, de manera que tienen un interés en que esté enfermo para así ella ejercer su papel de madre auxiliadora. Podemos confirmar que quien enferma al hijo, es la madre, pues lo ha reducido a un reducto insignificante, a un apéndice de ella, de manera que el hijo queda pegado o unido “ sexualmente” a la madre. Los síntomas obsesivos, son para huir o defenderse de la seducción sexual permanente por parte de la figura materna. Por normal general, este tipo de casos, tienen muy mala evolución, ya que las complicaciones que aparecen durante el tratamiento, son producidas por la figura materna, que lejos de sentirse como una amenaza para la salud mental de su hijo, se consideran como su único apoyo y salvación. Por norma general, estas mujeres tienen un trastorno en su sexualidad y ese hijo, elegido inconscientemente por ella, para enfermarlo, va a tapar sus carencias sexuales, de manera que desplaza hacia el hijo toda una corriente libidinal sexual que termina por enfermarle.  Este tipo de madres, se oponen a todo tratamiento que pueda curar al hijo, pues en la curación del mismo, ven también su perdición y de manera inconsciente, prefieren tenerlo enfermo a que sea una persona normal. En todas mis experiencias contrastadas con otros especialistas de mi departamento, este tipo de madres, son las que abortan el tratamiento del hijo. El pronostico es malo, pues según pasan los años, la neurosis obsesiva acaba por apoderarse de la totalidad del enfermo. Desgraciadamente, la medicación supone una interrupción al desarrollo sexual del enfermo, porque este tipo de pacientes, resuelven su problema, enfrentándose con la madre, tras aliarse con el padre pero al estar medicados, la voluntad queda mermada y lo que tenía que ser una evolución normal de su psiquismo, ha quedado interrumpido por la medicación. En varios casos de neurosis obsesivas de hijos que han permanecido bajo el régimen autoritario de la madre toda su vida, en la etapa adulta, donde el enfermo tiene mas de cincuenta años, acaban maltratando a la madre en su etapa senil, llegando hasta la venganza emocional. Estas madres acaban recogiendo lo que “cuidadosamente” estuvieron sembrando durante años en su hijo. 

jueves, 29 de marzo de 2012

LOS SINTOMAS EN LA NEUROSIS OBSESIVA


Los síntomas de la neurosis obsesiva son, en general de dos géneros de tendencias opuestas. Son, en efecto, prohibiciones, medidas preventivas y penitencias, esto es, síntomas de naturaleza negativa; o, por el contrario, son satisfacciones sustitutivas simbólicamente disfrazadas muchas veces. De estos dos grupos, el mas antiguo es el grupo de síntomas negativos defensivos; pero, conforme va perdurando la enfermedad, van predominando las satisfacciones sustitutivas, que burlas toda defensa. La formación de síntomas alcanza un triunfo cuando consigue amalgamar la prohibición con la satisfacción de una manera tal que lo que originalmente fue un mandamiento defensivo o una prohibición adquiere también la significación de una satisfacción, a cuyo efecto se utilizan con frecuencia caminos de enlace extraordinariamente artificiosos. En los casos extremos consigue el enfermo que la mayor parte de sus síntomas sumen a su significación primitiva la completamente contraria, manifestándose así el poderío de la ambivalencia, la cual desempeña, un poderoso papel de extraordinaria importancia en la neurosis obsesiva. En los casos menos complicados, el síntoma es de dos tiempos, o sea, que el acto que ejecuta cierto mandamiento sigue inmediatamente otro que suprime o deshace lo hecho, aunque no llegue a realizar lo contrario. De esto, extraemos dos impresiones: primeramente que en la neurosis obsesiva se mantiene una lucha constante contra lo reprimido; lucha que va haciéndose cada vez mas desfavorable a las fuerzas represoras; y en segundo lugar que el yo y la ley moral del individuo toman una parte importantísima en la formación de síntomas. A diferencia con respecto a otras neurosis, la sexualidad genital resulta ser débil y muy poco resistente, de manera que cuando el yo inicia su defensa, se produce una regresión de la sexualidad genital a la fase anterior: la fase sádico-agresiva, que determina el complejo de síntomas agresivos propios de los obsesivos.
La regresión a estados anteriores de la personalidad, digamos que más jóvenes, son un mecanismo de defensa del yo frente a las exigencias de la libido de adulto, que pone al yo frente al compromiso de una organización genital mas madura. Digamos que el obsesivo, de lo que no quiere saber es de la reproducción, no tanto de la sexualidad, sino de su fisura: ¿qué es para el obsesivo un padre?