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sábado, 7 de agosto de 2021

El trastorno obsesivo y el toc religioso (3ªparte)

Pero llega un momento en que los actos protectores y los ceremoniales no son suficientes contra la tentación y entonces surgen las prohibiciones, para alejar la situación en que la tentación se produce. Por lo tanto, las prohibiciones, constituyen a los actos obsesivos. 

 

El origen de la religión está basada igualmente en la renuncia a determinados impulsos instintivos: instintos egoísta, antisociales y sexuales. Frente a la tentación, el creyente siente culpa y a la vez angustia bajo la forma del temor a un castigo divino. 

La recaídas en el pecado son parecidas tanto en el religioso como en el toquiano y sirven de nuevo para comenzar sus actos rituales así como su penitencia.

 

Un rasgo del toquiano es que los ceremoniales se adhieren a los actos más nimios de la vida cotidianas y se manifiestan con restricciones absurdas de los mismos. 

 

En la neurosis obsesiva existe un mecanismo de desplazamiento de manera que se desplaza desde algo importante a algo menor o absurdo. De ahí que cosas aparentemente insignificantes que angustian al toquiano, esconden o están en conexión con lo verdadero importante. 

 

En el toc religioso, el toquiano tienes pensamientos obscenos e insultos contra las personas sagradas pero detrás de las mismas se esconde un desplazamiento de la vida del mismo. La Iglesia representa la casa, Dios, representa al padre, la Virgen a la madre y Jesucristo bien al hermano o al padre. Entonces, cuando el toquiano insulta a unos de los personajes divinos a quien insulta realmente es los personajes de su familia. 

Normalmente el toquianos a parte de creyente suele ser muy moralista y antes que aceptar que tiene pensamientos impuros hacia el padre, la madre o los hermanos, lo desplaza hacia las figuras religiosas transformándolo en lo contrario: detrás del insulto lo que se esconde es el deseo inconsciente hacia los familiares, algo que un toquiano jamas se atrevería a escuchar y menos aceptar de sí mismo. Por lo tanto, el toc religioso es una manifestación de los sentimientos y deseos ambivalentes que el toquiano siente hacia su familia pero que jamás lo aceptaría y el toc surge como una solución para expresar sus pensamientos pero disfrazados de lo contrario y desplazados hacia las figuras religiosas. 

 

 

 

 

domingo, 25 de julio de 2021

El trastorno obsesivo compulsivo y las p prácticas religiosas. Toc religioso (2ª parte )

Los actos obsesivos se hallan al servicio de intereses de la personas y se expresan cargados de afectos y pensamientos que se encuentran reprimidos en lo inconsciente.

Una mujer había desarrollado un toc tras separarse de su marido y había cogido la costumbre obsesiva de sentarse en un sillón determinado pudiendo pasar horas sentada en él. El sillón era para ella un símbolo del marido, al cual tres años después se seguía manteniendo fiel. La explicación a su obsesión fue: “Es tan difícil separarse de algo (hombre-sillón) en el que ha estado una sentada.”

Todos los actos obsesivos guardan un sentido y pueden ser interpretados. Al igual que los ceremoniales pero la persona los hace sin saber cual es la significación de los mismos. Solo con el tratamiento psicoanalítico podemos encontrar su sentido. 

 

La persona que padece obsesiones y prohibiciones, se comporta como si se hallara bajo una conciencia de culpabilidad pero de la cual no sabe lo mas mínimo. Esta conciencia de culpabilidad tiene su origen en acontecimientos antiguos de lo que se siente culpable y de ahí que tenga angustia de que puedan pasarle desgracias, como si de un castigo se tratara. 

 

Cuando realiza el ceremonial la persona tiene conciencia de que si no lo hace, ocurrirá alguna desgracia, bien a él o alguna persona querida pero no sabe exactamente qué tipo de desgracia ocurrirá. Por lo tanto, el ceremonial en el toc se realiza como un acto de defensa, de aseguramiento o como una medida de protección.

 

El toquiano tiene culpa y en algo siente que ha pecado, de ahí que comienza sus manias obsesivas como si fueran rezos y tiene una significación de buscar el perdón y a la vez de protección de que no ocurra algo malo. 

 

Sin saberlo, el toquiano tiene reprimido un impulso instintivo generalmente de naturaleza sexual que el algún momento estuvo en su conciencia y luego lo reprimió. Pero no termina de estar seguro de que dicho instinto lo pueda mantener reprimido y tiene temor a que aparezca en su conciencia de nuevo. 

 

El toquiano vive ese instinto o deseo como una tentación ante la cual puede volver a caer y se apodera de él una angustia expectante, es decir, tiene temor de volver a caer en la tentación y realizar el deseo sexual reprimido pero que a su vez tanta culpa le da. 

 

La fuerza de este impulso o dese sexual puede ser tan grande que a toquiano le cuesta cada vez mas mantenerlo reprimido pero tiene que hacer algo para equilibrar o tratar de que ese instinto reprimido no aparezca en la conciencia. Por lo tanto, los actos ceremoniales y obsesivos nacen así en parte como defensa contra la tentación de volver a caer y también como protección contra la desgracia esperada por sentir que va a ser castigado por lo que desea llevar a cabo.