El temor posiblemente sea unos de los
afectos que mas muestra el obsesivo. Así como la duda, el temor que el obsesivo
padece suele estar desplazado a las compulsión a repetir o a ritualizar, bien
actos o pensamientos. Esto quiere decir que en cada nueva obsesión que aparece,
el temor siempre es el mismo. No significa que cada nueva obsesión produce un
nuevo temor, sino que el temor se desplaza, se une, se pega a cada nueva
obsesión. De ahí que el psicoanálisis analiza por separado el temor de la
obsesión pues aunque el obsesivo lo traen juntos, debe ser analizado de manera
independiente. El mismo mecanismo de los sueños, donde el sueño y el afecto
experimentado, deben ser analizados por separado, con el temor y la obsesión
sucede lo mismo.
Lo mas antiguo en el obsesivo es el
temor. Quiere esto decir que este afecto ya lo padecía de manera consciente o
inconsciente antes de que el mecanismo de formación de síntomas obsesivos
apareciera en el obsesivo. Para entender el temor, debemos remontarnos a la
prehistoria del niño. El temor y la inseguridad, se desarrollan frente a la
separación del complejo materno. Cuando entra en escena algo o alguien que
separa al niño de la madre, la angustia de separación es fundamento del temor a
la pérdida del objeto materno. Por un lado tenemos el temor a la pérdida o la
separación y a su vez tenemos el temor que el niño experimenta hacia aquel que
lo separa de la madre. La figura paterna. El temor del obsesivo debe analizarse
desde la angustia a la separación- de ahí su dificultad para emprender acciones
nuevas- y frente a la figura paterna. Hay un temor moral que guarda relación
con el temor al castigo en relación a los sentimientos de culpabilidad y del
que hablaremos en próximos artículos. El temor a la separación es más antiguo
que el temor al padre y este por orden de antigüedad, anterior al temor al
castigo desde la culpa moral.
Cuando hay temor a la separación, los
síntomas en el toquiano producen un grado de inmadurez tal que la persona huye
del mundo y se aparta de todo aquello que pueda separarlo de las figuras
parentales. En este tipo de toc, el obsesivo vive muy apegado a la figura
materna y se puede observar cómo los lazos amorosos infantiles siguen vigentes
en la etapa actual sin haber sufrido modificación laguna desde que se generaron
en su etapa infantil. ( continuará )
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