domingo, 4 de septiembre de 2011

CURSO GRATUITO SOBRE RELACIONES DE PAREJA



CURSO PRESENCIAL Y ONLINE.
El amor y el sexo: dos ocupaciones del hombre desde sus orígenes como hombre. Dos problemáticas que lo conmueven y lo mueven. Dos fuentes de afectos universales como los celos, la envidia... ¿Cómo hacer para tolerar la más grande de las diferencias, la que separa a los dos sexos, cómo hacer para aceptarla como riqueza.
INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES: 917581940, actividades@grupocero.info

SOBRE UN CASO FALSO DE TOC

Llega a consulta un hombre de treinta años. Padece de Toc. Ha consultado muchos especialistas y  ninguno logra curarle. Comenta haber visto algún video mío y aunque muestra desconfianza ante todo tratamiento, considera que puede hacer bien psicoanalizarse. Refiere tener manías con los gestos de la cara, con la deglución y por momentos, teme que alguien se de cuenta. Habla de su madre, una mujer de marcadas creencias cristianas y de su padre, un hombre de carácter escéptico del que siente desprecio. Comenta que su padre se muestra mas considerado con sus hermanos mayores. Trabajan todos juntos en una empresa familiar. El padre refiere estar cansado de las rarezas de su hijo y dice que él no le ve nada. El paciente muestra rabia contenida contra el padre. Tuvo dos entrevistas seguidas y nunca más volvió al tratamiento. De las dos entrevistas se pudo ver que el joven realmente no quería curarse. Sentía un fuerte apego edípico hacia la madre, pues con treinta años, había mantenido unas ridículas relaciones sexuales con una chica hacia tres años y se consideraba un onanista crónico. Así mismo se detecto una fuerte envidia infantil hacia el padre con el cual rivalizaba y al que nunca pudo ganar. El mecanismo de su enfermedad era claro: si se mantenía enfermo, seguiría en el hogar de los padres, cercano a la madre y toda su enfermedad, estaba dedicada inconscientemente a hacer sentir al padre su fracaso. De esta manera en él se producía la satisfacción de un sentimiento sádico de venganza hacia el mismo y simultáneamente pagaba el precio de dicho acto con su enfermedad.


lunes, 25 de julio de 2011

UN CASO DE TOC CURADO CON PSICOANALISIS

Hace dos año acude una mujer de 37 años diciendo que padece toc desde hace casi 20 años. Ha logrado ocultarlo ante el mundo, aunque las únicas personas que lo saben son su madre y su hermana. La paciente ha tenido algunas relaciones fracasadas de pareja y le cuesta enamorarse. Todas sus obsesiones son contar números pares y guardar todos los papeles que llegan a su mano ( billetes de metro, importe de la compra, del desayuno, etc… ) comenta tener en su casa miles de papeles que no se atreve  a tirar por temor de que le pueda pasar algo. No logra tener ya una vida normal porque sus obsesiones están limitándola cada vez mas su vida personal y teme que en el trabajo acaben dándose cuenta. Pide ayuda para entender todo esto que le está sucediendo. Lo importante de esta mujer era la relación que tenia con la madre, mujer autoritaria que siempre la había esto comparando con su hermana menor, la cual siempre hacía todo mejor que ella. La paciente, a pesar de tener una infancia y vida confortable, siempre se había sentido desplazada por la figura de la hermana con la cual inconscientemente rivalizaba. Los números pares que tanto la obsesionaban no dejaban de ser el número par que su hermana era para ella.  Los números pares simbolizaban la relación con la hermana. Siempre fue consideraba una niña buena y formal, que nunca expresaba sentimiento de ira ni de agresividad. Sin embargo, de manera inconsciente, la paciente padecía de una fuerte ambivalencia afectiva hacia la madre y hacia la hermana. La terapia de curación del toc, consistió en trabajar dicha ambivalencia de manera que los sentimientos de culpabilidad que la paciente experimentaba, no dejaban de ser los sentimientos de odio y rechazo que mantenía hacia las mujeres de su familia. Un día pudo pronunciar que alguna vez había deseado la muerte de la hermana y que semejante pensamiento la hizo sentirse un ser deleznable y que por lo tanto, se merecía el padecimiento de la enfermedad que ella tenía. Esta constante ambivalencia afectiva fuertemente reprimida por la moral cristina de la paciente era lo que la había terminado de enfermar, pues sus obsesiones no dejaban de ser una contención, un dique moral, al enorme odio y envidia que sentía hacia su hermana y que según la paciente se había interpuesto entre la relación de ella con su madre. Actualmente, tras dos años de tratamiento, la paciente ha podido quitar la mayoría de los síntomas de toc que padecía, mejoró la relación su madre y hermana y ahora está trabajando los cimientos de lo que será su sexualidad adulta, hace tiempo olvidada.

martes, 5 de julio de 2011

SOBRE UN CASO FEMENINO DE EROTISMO ANAL

En un Congreso Grupo Cero sobre psicoanálisis y Medicina, se presentó un caso de trastorno obsesivo compulsivo, en una joven de 27 años, cuyo síntoma principal era un asco obsesivo por la material  fecal propia. La paciente sentía verdadero terror cada vez que debía acudir al baño para defecar. El rechazo hacia dicho acto, le había provocado un estreñimiento tan pertinaz que había llegado a estar casi un mes sin defecar, llegando a expulsar heces por la boca. A los 5 meses de tratamiento, el intestino se reguló y desde entonces, la paciente acudía al baño una o dos veces al día. Su obsesión no era tanto por el asco que le producía la materia fecal, sino por el olor que producía y que según ella, podría impregnar las paredes y resto del mobiliario sanitario y su familia ( padre, hermano y madre ) contaminarse. De hecho, antes de hacer uso del baño, sacaba el cesto de la ropa, toallas y otros enseres transportables fuera del baño y cuando hacia sus necesidades, sellaba la puerta por debajo para que el olor no se extendiera por la casa. Tras defecar, con la manguera de la ducha sometía a un intenso lavado paredes, y sanitarios del baño, recogiendo el agua con paños que escrupulosamente lavaba en la lavadora. El ritual le llevaba dos horas de ocupación. La familia desesperada pidieron intervención terapeutica. Freud, cuando nos habla del desarrollo sexual del niño, pasa por una fase denominada sádico-anal. Dicha fase permite observa una relación íntima entre el uso y manejo de los excrementos como modo de ejercer un dominio sobre la madre. El niño, cuando descubre la importancia de la material fecal para su madre, hace un uso de ella para ejercer a su vez un control afectivo sobre la misma. Cuando el niño se enfada con la madre, retiene las heces y de esta manera muestra su agresividad hacia ella. Normalmente, las personas con estreñimiento pertinaz, así como los casos de toc donde el carácter anal del síntoma es muy acusado, se puede descubrir la ambivalencia amor odio en la relación con la madre. Nuestro ejemplo, era un claro caso de erotismo anal asociado a una agresividad infantil hacia la figura de la madre que para nuestra paciente siempre fue origen de su rivalidad, competencia y sentimientos de inferioridad. En el gesto de defecar, ella tenía el deseo inconsciente de contaminar y asesinar con el olor de sus heces a su madre ( refería que el olor que desprendía sus heces era tan putrefacto que podía asesinar a quien lo oliera ). De hecho, un día de manera inconsciente deja parte del agua del suelo sin recoger, lo que provocó una aparatosa caída de la madre que le produjo una fractura del hueso occipital con un hematoma intracraneal que hubo que ingresarla de urgencia, con grave riesgo por su vida. La paciente se sintió culpable y meses después reconoce que la caída de su madre “ le produjo risa “. Este es el sadismo propio del erotismo anal asociado a esta fase del desarrollo sexual, tan importante para los pacientes con toc.

domingo, 19 de junio de 2011

¿ MIEDO O DESEO AL CONTAGIO?

Llega a consulta un caso de toc de un joven de 25 años. Tiene miedo a contagiar con sus excreciones a todo el mundo, especialmente el semen. Vive angustiado por temor a despertarse por la mañana y encontrar una mancha de semen en su calzoncillo. Para calmar la angustia obliga al padre a realizar una severa exploración todas las mañanas para constatar que no hubo expulsión alguna de material seminal. Además no tolera rozarse con nada pues teme contagiarse de posibles efluvios seminales procedentes de otros humanos. Tenía así mismo fantasías de ser homosexual, dudando de su naturaleza heterosexual. Ha llegado a exigir a sus padres y hermanos que nada mas entrar en casa se duchen para evitar contagiar el ambiente donde él se desenvuelve. La madre participa de todo lo que él la propone. El padre no le hace caso, circunstancia por la cual discute mucho con él y le acusa del agravamiento de su enfermedad.
Este caso de toc, suele tener un nexo en común que es la idea de contagiar con su semen al mundo y a su vez la de ser contagiado por el semen de otros. La interpretación de este caso se correspondía a un desplazamiento de un enamoramiento edípico del hijo hacia la madre desde épocas muy tempranas. A pesar de que el hijo tenía 25 años, la madre se desnudaba delante de él con toda naturalidad sin saber que aquello excitaba el deseo reprimido sexual infantil del hijo hacia la madre. El temor a contagiar con su semen era un desplazamiento del temor a embarazar con su semen a su madre. Semejante deseo inconsciente le horrorizaba y buscaba calmar la angustia y la culpa en el castigo de ser un homosexual de manera que el temor a ser contagiado con el semen de otros, se correspondía a un desplazamiento de un deseo homosexual de ser castigado-sodomizado y fecundado por la figura del padre.



domingo, 5 de junio de 2011

MIEDO A LOS CUCHILLOS


El psicoanálisis logra demostrar que todo síntoma esconde una estructura deseante insoportable para el sujeto. Detrás de los síntomas del toc, siempre hallamos deseos que moralmente son difíciles de tolerar para el sujeto. Pero no solamente en el toc, también en la depresión, en la histeria, en la esquizofrenia, en las crisis de angustia y ansiedad, podemos hallar elementos inconscientes que proceden de la infancia y que la persona no se halla dispuesto a reconocer como suyos porque le da vergüenza.
Por ejemplo, en el toc, uno síntoma muy interesante de analizar es el miedo que la persona tiene a los cuchillos o a los objetos punzantes. Lo interesante de este síntoma es que le sucede cuando está cerca de determinadas personas ( el padre, la madre, hermanos.. ) y la explicación de este síntoma guarda relación con la existencia de deseo sexuales hacia alguna de las figuras familiares. Sadismo contra el padre o deseo incestuoso con la madre o alguno de los hermanos. El cuchillo, el punzón o el destornillador, representan el pene del sujeto que como no acepta tener semejantes deseos, desplaza su órgano sexual al objeto punzante. Y cuando tiene pensamientos de agredirse con un cuchillo puede ser un desplazamiento de una fantasía erótica con el padre. El cuchillo con el cual fantasea clavarse es el pene del padre pero disfrazado de objeto punzante. Otro síntoma es el de arrojarse por la ventana. Este síntoma lo estudió Freud hace mas de cien años y representa el deseo sexual de volver a nacer o ser parido o representa el deseo inconsciente en el hombre de dar un hijo a la madre. Y en el caso de la mujer, arrojarse-parir-salir por el agujero de la venta, supone la fantasía inconsciente de darle una hija al padre.