domingo, 7 de marzo de 2010

LA FASE DEL ESPEJO EN EL TOC

El desarrollo psicoemocional del niño, pasa por la llamada “ fase del espejo “ que inaugura el proceso de identificación, mediante el cual, el niño, busca parecerse a la imagen que tiene frente a él. La primera imagen que el niño tiene frente a él es la figura de la madre, de manera que cada vez que el niño levanta los ojos, se encuentra con el reflejo de su propia imagen pero en la imagen de la madre. Es evidente que hasta que no aparece un tercero o la figura del padre, el niño no es capaz de diferenciar su propio ser del ser de los otros. El padre introduce al niño en el mundo, ya que su presencia le hace ver que ahora son tres: madre, padre y niño. Hay un momento donde el niño percibe a la figura del padre como rival en relación a la relación que él mantiene con su madre. Observa que ella desvía la mirada de él, que a la noche es expulsado de la alcoba, que en muchas escenas él no puede intervenir, etc. Todo esto lleva a la aparición en el niño, de un sentimiento común que es el de los celos, los cuales le llevarán a querer parecerse al padre o a rivalizar con él. Hay una cuestión interesante en los pacientes con toc, que guarda relación con esto que hablamos. Hubo un momento que quisieron parecerse a la figura del padre para luego pasar a rivalizar con el mismo y esto se debió a una cuestión de tiempo, de manera que sus expectativas de parecerse al mismo no se vieron cumplidas debido a las exigencias del sujeto. Y entre parecerse al padre- que siempre lleva su tiempo- y rivalizar con el mismo, temporalmente, es más fácil lo segundo. Esto no solo le sucede al hombre, sino que también le pasa a mujeres con toc. También podemos encontrar la variante de pacientes con toc, cuya rivalidad es hacia la madre, acontecida bajo el mecanismo de la identificación. Por esto mismo, podemos decir, que parte del origen del toc, tiene que ver con la NO aceptación de las figuras del padre y de la madre. Ya que no aceptar es del orden del rechazo y solo se puede rechazar con agresividad, de ahí, el componente agresivo que tienen los pacientes con toc, contra el mundo o contra ellos mismos.

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