lunes, 25 de enero de 2010

CEREMONIAS OBSESIVAS

Si en algo podemos identificar las prácticas obsesivas, es a los ceremoniales religiosos. La persona obsesiva, tiene necesidad de realizar ciertos rituales obsesivos para calmar la angustia que siente cuando piensa que no llevarlos a cabo puede acarrearles a él o a sus seres queridos algún peligro. Los actos obsesivos deben realizarse siempre de la misma manera y con la misma exactitud porque una diferencia en el mismo, hace que el rito deba iniciarse desde el principio. Algo parecido sucede en los ceremoniales religiosos. Se llevan a cabo siempre de la misma manera y con un fin: protegerse de uno mismo. Podemos decir lo mismo de los rituales obsesivos. El paciente o la persona con toc, de quien se defiende siempre es de sí mismo, o mejor dicho, de sus pensamientos, que no dejan de ser una formación de sí mismo. La conciencia de este tipo de personas, es como una pantalla donde se proyectan dichos pensamientos cuya procedencia siempre es inconsciente. Aquí quiero resaltar algo que los psicólogos y los psiquiatras no reparan en ello, porque nunca explican a sus pacientes el origen de dichos pensamientos que tanto atormentar a la persona con TOC. Los pensamientos, siempre tienen un origen inconsciente, refiriéndonos a un lugar de la mente, donde se hallan los recuerdos, la memoria, las vivencias de la infancia, los deseos, etc... Esta parte de nosotros mismos se halla viva y en constante funcionamiento y al igual que cuando tenemos hambre sentimos el deseo de comer, cuando el inconsciente quiere expresarse, muestra sus pensamientos en la conciencia. Entonces, dirán algunas personas: si me viene deseos de matar, violar, ultrajar, es porque mi inconsciente desea hacerlos? Algo de verdad hay en ello, si bien, no todo lo que una persona piensa tiene que llevarlo a cabo. Esto quiere decir que ciertos pensamientos innobles tiene su razón de ser por la existencia de un componente agresivo que el paciente con TOC tiene reprimido y dicha agresividad se manifiesta en calidad de pensamientos poco dignos de una persona civilizada, pero no por ello deja de serlo, sino que siendo civilizada, puede tener agresividad contenida que le hace manifestarla a través de pensamientos indignos de su persona. Ante dichos pensamientos, la persona establece su ritual, de manera que para protegerse de los mismos, en vez de rezar el rosario, hace sus propios rituales, de manera que una vez terminado, se siente protegido de que nada le va a suceder. Por eso, Freud dice que el paciente con TOC tiene una religión particular y privada.

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